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Balonmano - Copa del Rey

Los supervivientes del primer sueño del Cangas

Moisés, David Iglesias y Rubén Soliño, ayer en el entrenamiento en O Gatañal. SANTOS ALVAREZ

El Frigoríficos del Morrazo afrontará desde este viernes la Final a Ocho de la Copa del Rey en Antequera con el encuentro de cuartos que lo medirá al Ademar León. No será la primera vez en la historia del club cangués que juegue una fase final de esta competición. En la temporada 2016-2017 ya tuvo la oportunidad de vivir una experiencia similar en León, con el Naturhouse Logroño como rival y, a la postre, verdugo en las eliminatorias. De aquel encuentro quedan tres supervivientes en la plantilla canguesa: Rubén, Moisés y David Iglesias.

Aquel sueño del 9 de junio de 2017 ante el conjunto riojano duró 50 minutos, los que un Cangas sin presión apretó las clavijas a una plantilla de muchos quilates para acariciar el pase a las semifinales. El 32-27 final no hizo justicia a los méritos de la escuadra dirigida por Víctor García, “Pillo”, que se fue al descanso con ventaja (17-18) y que mantuvo el equilibrio en el marcador hasta el minuto 50 (25-25). Luego se desinfló ante una escuadra en la que militaban, entre otros, Ángel Fernández, Miguel Sánchez, Lángaro, Javi García o Garabaya. En los gallegos, además de los tres mencionados, jugaban Salazar, Hermones, Cerqueira, Pablo Castro, Eloy, Muratovic, Milosevic, Potic, Suso Soliño, Casares, Pombo, David García, Paulo Dacosta, Vujovic, y Serafín Pousada, que no disputó los últimos partidos del campeonato por lesión.

Potic en una acción del Cangas-Logroño de 2017. | // EFE/J. CASARES

“Veníamos de una temporada de mucho sufrimiento. Habíamos perdido jugadores, llegaron otros nuevos y costó adaptarse”, señala uno de los tres supervivientes de ese encuentro, Moisés Simes, que reconoce que apenas tiene recuerdos de esa fase final, y que incluso los mezcla con la única presencia del Frigoríficos en la Copa Asobal, un año antes, y también disputada en León. “Soy muy malo para estas cosas”, admite entre risas. Otro tanto de lo mismo le sucede a Rubén Soliño, que sí es capaz de rememorar la permanencia obtenida un par de semanas antes. “Eliminamos al Aranda en la eliminatoria previa y a partir de ahí empezamos a ganar partidos hasta que nos salvamos”, relata.

Moisés, Rubén y David Iglesias ya disputaron una fase final copera en 2017, cayendo ante el Logroño en los cuartos

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Y es que el conjunto de O Morrazo llegaba a la fase final de la Copa del Rey con los deberes hechos después de una de sus habituales gestas. El año venía condicionado por la marcha de Adrián, Lamariano y Fernando Eijo y una profunda renovación en la plantilla. En la primera vuelta se sumaron 7 puntos y en la segunda 13, diez de ellos en los últimos ocho partidos. Fue necesario llegar a la última jornada para que una victoria ante el Bidasoa (31-27), combinada con la derrota del Villa de Aranda frente al Ademar, permitiese a los de Pillo sellar un año más su continuidad en la máxima categoría. Así, la Copa del Rey fue “un premio”, tal y como lo define David Iglesias, el tercero de los supervivientes de esa eliminatoria. “Lo recuerdo muy bien porque era mi primer año en el Cangas, con Pillo como técnico. Fuimos allí más relajados, a disfrutar”, señala, si bien del partido tiene menos recuerdos “porque no jugué”.

Lo que tienen claro Iglesias, Moisés y Rubén es que esta fase final de Copa será un momento como pocos en sus carreras deportivas. “Es un fin de semana de balonmano con los mejores equipos de España, una experiencia para vivir”, señala el flamante internacional con España, que añade que “esto es un premio para un equipo con gente muy joven y para el club. No es muy normal que el Cangas esté luchando entre los ocho mejores”. Moisés, por su parte apunta que “la ilusión es máxima. Es un año bonito, con una plantilla de la que se irán algunos jugadores y que es muy joven. Después de Javi Díaz el más veterano soy yo, y esta gente tendrá la oportunidad de jugar alguna más”. Así las cosas, tiene muy claro que el objetivo máximo es “disfrutar, pero intentando pasar y llegar hasta donde podamos”.

"Esto debe servirnos de punto de inflexión. Después de varios malos resultados iremos a muerte", afirma Rubén Soliño

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Iglesias y Soliño comparten esa filosofía. El buenense asume que “al tocarnos en el lado del cuadro del Barcelona está complicado llegar a una hipotética final, pero vamos a competir”. El central, mientras, es un poco más optimista, “porque el Anaitasuna no anda mal, este Barcelona no es el mejor de los últimos años, y puede haber sorpresas. En el primer partido ¿quién sabe?”. Para el menor de los hermanos Soliño el choque de cuartos ante el Ademar también debe servir “de punto de inflexión. Después de varios resultados negativos iremos a muerte. Es un choque importante para coger confianza, para ganar e ir hacia arriba”. Para Moisés Simes el parón y la Copa han llegado en el momento idóneo. “Hemos podido recuperar gente y después de una mala racha nos llega esto. Hay que aprovecharlo”, sentencia.

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