El fútbol a pie ya es deporte federado. La Federación Gallega de Fútbol ha integrado esta disciplina dentro de su estructura, en lo que supone un espaldarazo definitivo para el asentamiento de una modalidad nacida en diciembre de 2019 en Cangas y con vocación de ir ampliándose a otros puntos de la comunidad autónoma.
“Estoy satisfecho porque supone un paso muy importante para nosotros”, afirma José María Rial, creador de esta práctica deportiva. Y es que, además del reconocimiento implícito que supone estar avalado por la Federación Gallega, y, por extensión, por la Real Federación Española de Fútbol, hay que añadir “la tranquilidad de estar amparados en cuanto a seguridad y salud”. En la práctica, todos los jugadores de fútbol a pie tendrán una mutualidad similar a la de cualquier futbolista, teniendo a su disposición médicos, fisioterapeutas y otros especialistas. El fútbol a pie será una actividad más dentro de la Federación, pero manteniendo una independencia organizativa.
Los primeros contactos para federar esta actividad de nuevo cuño se realizaron el año pasado, y de hecho el propio presidente de la Federación Gallega, Rafael Louzán, pudo comprobar personalmente las virtudes de la misma en una sesión celebrada en julio en Vigo. Sin embargo, la coyuntura actual, en plena pandemia del Covid-19, retrasó su tramitación hasta ahora.
Rial puso en marcha su idea en diciembre de 2019 para ir testando su acogida, y ante el interés generado la activó de forma oficial poco después, en febrero de 2020. El coronavirus ha condicionado la expansión del fútbol a pie, pero aún así cuenta con un buen número de incondicionales. Actualmente hay tres grupos en Cangas y uno más en Vigo (que entrena en Mos), con 62 personas federadas, además de muchas más que están probando antes de anotarse. “Antes la gente tenía más miedo, estaba más desconcertada con el Covid, pero ahora todo el mundo tiene claro que al ser una actividad al aire libre no tiene ningún tipo de problema”, afirma. Es más, incluso a raíz de la alta incidencia de casos por la sexta ola, la organización ha retomado la mascarilla y renunciado a utilizar los vestuarios.
El objetivo ahora es implantarse en Pontevedra, Santiago y Ourense, ciudades en las que ya se han realizado demostraciones. “Ya tenemos elegidas a las personas para encargarse de llevarlo; ponerlo todo en marcha es tan sencillo como que la gente quiera practicarlo”, señala José María Rial. Inicialmente más orientada hacia un público más veterano, de 50 años en adelante, la sorpresa está llegando con participantes cada vez más jóvenes, e incluso han llegado a coincidir en el campo padres e hijos. Y tampoco hay restricciones de ningún tipo para que la puedan practicar hombres o mujeres indistintamente.
Actualmente hay tres grupos en Cangas y uno en Vigo, con 62 personas federadas
“Yo animo a todo el mundo a que lo pruebe. El cien por cien de las personas que vienen no solo les gusta sino que se enganchan, es una realidad”, subraya José María Rial, que rompe también con los prejuicios “de quienes se lo toman a broma. El que lo crea, que venga descansado”. Es más, las facilidades para apuntarse son máximas. “solo tiene que ponerse en contacto con nosotros y que venga a probar. Hay gente que lo hace y se apunta al día siguiente y otros que tardan una o dos semanas. No nos importa el tiempo que estén de prueba”. Se puede contactar con la organización en el correo electrónico futbolapie@gmail.com o bien en el teléfono 610 704450 (José María).
De cara al futuro próximo no se descarta hacer este deporte competitivo, “aunque midiendo mucho para que no haya roces ni problemas”, explica su creador.
Una práctica que aúna salud y socialización
Deporte, salud y un beneficio psicológico por el componente de socialización que conlleva este juego. Estas son las tres principales ventajas del fútbol a pie, una modalidad que se ajusta como anillo al dedo a jugadores de mediana o avanzada edad, tal y como defienden sus promotores. “Médicamente es una práctica segura. El jefe de Oncología de Povisa, el doctor Carlos Romero, es el que dio nombre a la actividad. Y también lo avala el jefe de Cardiología, que fue quien dio la primera de las charlas que organizamos”, explica Rial.
Pero lo mejor son las interacciones que se producen. “Hay familias que reconocen que esa labor es la más importante, gente que apenas salía y que socializa, otros que se encuentran con amigos de la infancia. Es brutal”, señala el técnico.
