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Balonmano - Lig Sacyr Asobal

Carlos Vilanova allana su vuelta

Carlos Vilanova, ayer en Carballo, en donde apura la recuperación de su lesión de rodilla. // FDV

Se lesionó el 19 de febrero del año pasado durante un entrenamiento con el Automanía Luceros y poco después recibía el más duro de los diagnósticos: rotura del ligamento cruzado anterior y de los dos meniscos de su rodilla izquierda. O lo que es lo mismo, al menos seis meses de baja y un importante frenazo a su progresión en el mundo del balonmano. Con su contrato a punto de expirar, el Frigoríficos del Morrazo no lo abandonó a su suerte y le ofreció la oportunidad de completar su recuperación y de regresar a la pista vistiendo la elástica canguesa dentro de su filial.

Prácticamente un año después de su lesión y más de ocho meses desde que fuese intervenido quirúrgicamente de su rodilla izquierda, Carlos Vilanova prepara la última fase de su recuperación para regresar a las pistas. Lo hace desde su Carballo natal, con permiso de un Balonmán Cangas al que sigue perteneciendo y que lo ha apoyado en todo este largo y duro proceso.

“En el momento de la lesión pasé miedo porque acababa contrato y me quedaba en la calle, pero el club me dijo desde el minuto 1 que estuviese tranquilo y que me centrase en mi recuperación”, relata el extremo derecho, antes de añadir que “se han portado genial conmigo. No puedo estar más contento”.

El extremo apura su recuperación antes de reintegrarse a la disciplina del Cangas

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Es la parte más positiva de una recuperación que reconoce “durísima, porque es una lesión dolorosa. El primer mes ni me podía levantar del sofá, en los primeros tampoco podía siquiera conducir”. Fue quemando etapas poco a poco hasta volver a pisar el parqué el pasado noviembre. Pero allí nuevamente le esperaba el infortunio, con un importante retroceso en su curación.

“Era mi primer entrenamiento en la pista, una sesión de extremo marcada por el fisioterapeuta y el preparador físico, cerrada y sin contacto”, relata el jugador. Y en un lanzamiento notó que algo no iba bien. “Caí normal, pero la rodilla comenzó a hinchar y no podía ni caminar”, señala. Los fantasmas de una nueva operación y de un periodo de baja prolongado aparecieron, pero la resonancia dejó el problema en algo más leve. “Tuve unas fisuras en el ligamento reconstruido que afortunadamente han ido cuando solas”, asegura.

"El club se ha portado genial conmigo", asegura el de Carballo

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Esta semana tiene una revisión con el traumatólogo y confía en que le permita tocar de nuevo la pista. “Hay que ir con calma. Este año, como quien dice, está perdido, y es para recuperarme bien”, afirma. La idea es que en esta fase trabaje en Carballo con fisioterapeuta y preparador y, en unas semanas, cuando pueda incorporarse a un trabajo de grupo, se desplace a Cangas para incorporarse a los entrenamientos. En principio, la intención es que pueda entrenarse tanto con Frigoríficos como con Automanía Luceros y que, una vez esté listo para competir, lo haga con la escuadra de Primera Nacional.

“Para mí es lo mejor, y espero poder llegar cuanto antes para ayudarles en todo lo que pueda”, manifiesta el extremo zurdo. Eso sí, insiste en que los plazos son más derivados de sensaciones que de realidades. “Lo vamos viendo día a día, porque es complicado marcarse plazos después del revés que me llevé en noviembre”, sentencia.

“Ver balonmano aún me agobia”, admite

Es una de esas secuelas psicológicas que persiguen a los deportistas tras una lesión grave y a las que no ha sido ajeno Carlos Vilanova. El extremo carballés reconoce que, aunque no pierde de vista a Frigoríficos, Luceros y al Xiria donde se formó, todavía es incapaz de presenciar sus encuentros. “Ver balonmano me agobia mucho. Sí sigo los resultados, pero no soy capaz de verlo. Incluso apenas estoy pendiente del Europeo”, señala.

Su confesión no es sino la otra cara de la moneda del deseo de volver cuanto antes a las pistas. “Claro que sueño con el balonmano, pero si veo partidos me volvería loco”, reconoce. Eso sí, no pierde detalle de los resultados de un Cangas que está haciendo historia y mantiene el contacto con alguno de sus compañeros. “La temporada está siendo alucinante. Hablo con Brais casi todos los días y van volando”, afirma. “Son jóvenes, pero capaces de dar un nivel muy alto de balonmano”, sentencia.

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