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Balonmano - Liga Sacyr Asobal

Las 600 muescas en la culata de Javi Díaz

El meta de O Rosal intenta detener un lanzamiento frente al Puente Genil. | // GONZALO NÚÑEZ

Venía para retirarme y ya van cuatro temporadas. Este año ya no digo nada, decidiré el 30 de mayo, cuando vea las notas”, bromea el hombre récord del Frigoríficos del Morrazo, un Javi Díaz que ante el Puente Genil cumplió su partido 600 en la Liga Asobal, un privilegio del que solo pueden presumir Hombrados (767 encuentros), Juanín García (628), Fernando Hernández (617), Gurutz Aginagalde (616) y José Ángel Delgado Ávila (606). “Si no pasa nada llegaré al tercer puesto esta temporada, pero es una mera anécdota”, apunta.

A sus 46 años Javi Díaz habla con el peso que da una experiencia de 22 años en la élite y 28 como profesional, una dilatada carrera que él achaca a la fuerza que da hacer lo que a uno más le gusta. “Soy un privilegiado. Llevo casi 30 años haciendo mi hobby y me pagan por ello. También influye que sigo teniendo la ilusión de un niño pequeño y el buen ambiente en el equipo. Si además estás aportando, se llevan mejor las cosas”, reflexiona. Eso sí, sin perder de vista que la hora de la retirada está cada vez más próxima. “Son 46 años y alguna vez me va a tocar. Llevo ya unos años en los que uno se levanta y está reventado, juegas con muchos dolores, pero lo disfrutas, y si encima te ves arriba después de diez jornadas compensa”, completa.

Díaz en uno de sus primeros partidos con el Teucro (1998). | // RAFA HIJO

Su espectacular inicio de temporada apenas deja entrever esas heridas de guerra. “Venía de un confinamiento, con un niño pequeño en casa, sin poder hacer nada, sin ganas... y con la idea de dejarlo”, relata remontándose a la campaña 2019-2020, la de la eclosión del coronavirus. “Luego en julio decido seguir y me pongo a trabajar. Pero luego nos toca un confinamiento de 15 días y con el bicho, que sales hecho polvo. Después el parón de enero, otro confinamiento... Para un jugador de 45 años es muy jodido, porque soy diésel”, afirma. Este año, en cambio, “ha sido un verano normal, en el que he podido salir a correr, al gimnasio...”.

“Soy un privilegiado. Llevo 30 años haciendo mi hobby y encima me pagan por ello”, afirma el meta del Cangas

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Sus buenas sensaciones se corresponden con las del Cangas, que está completando una gran campaña a pesar del pinchazo ante el Puente Genil. “Es fruto del trabajo que hay detrás. Nacho [Moyano] ha hecho una gran labor en sus tres años aquí, ha fichado a gente que conoce y ha tenido paciencia con ellos”, manifiesta, antes de añadir que “somos el segundo equipo más joven de la Liga. La media la reviento yo [ríe]”.

De su trayectoria se queda “con todo, lo bueno y lo malo, porque de todo aprendí”, aunque tiene en la mente dos partidos, “unas semifinales de la Copa del Rey ante el Barcelona” y un partido de playoff de descenso con el Teucro ante el CAI Aragón. “Era el quinto choque, acabamos con empate y dos prórrogas, y con el tiempo cumplido y cuatro en barrera nos marcan el gol definitivo. Aún recuerdo la bola botando dentro”, señala.

Javi Díaz en un partido con el Academia Octavio en 2011. | // DE ARCOS

Díaz debutó en el año 1993. “Entonces la gente se retiraba con 30 años. Ahora las cosas han cambiado, hay mejor preparación, más cuidados, y soy portero, que es una posición menos lesiva”, afirma. Su llegada al Octavio fue con apenas 17 años y su recuerdo es que “yo veía los partidos en Coia y de repente llego al vestuario y los que eran mis ídolos eran mis compañeros. Imagínate uno de O Rosal allí con un ruso, un búlgaro...”.

"Mi suerte es que en los últimos diez años estoy jugando en pabellones llenos. Y eso no tiene precio", afirma

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De la mano del fallecido Alejandro López se marchó al Chapela en busca de minutos. “Allí conseguimos en tres años el ascenso a División de Honor Plata y luego a Asobal”, señala. Y en su itinerario por los equipos gallegos la siguiente etapa fue la del Teucro, con un cangués en el banquillo, Modesto Augusto. “Él fue quien me dio la portería. El primer año la compartí con Marcos, en la segunda destacó más Igor [Kustov] y en la tercera ya la cogí yo. En Pontevedra di un paso adelante”, subraya.

Javi Díaz en un entrenamiento con el Villa de Aranda. JOSÉ LORES

La siguiente etapa fue en Cantabria, pero solo duró un año. “Como buen gallego me pudo la morriña. Ya tenía 29 años y estaba a gusto con los compañeros, pero era mi experiencia fuera, y aunque soy hijo de emigrantes, no lo pasé bien”. Así que tocó regresar a Galicia, primero al OAR y luego al Academia Octavio. Posteriormente tocó emigrar, aunque en circunstancias diferentes, por un traslado laboral de su mujer, al Villa de Aranda. “Fueron tres años muy buenos. Íbamos a competir en la B pero desaparece el Portland y con tres fichajes hacemos una gran temporada en Asobal”, recuerda.

Javi Díaz con la camiseta del Valladolid. | // EL NORTE DE CASTILLA

Y de allí, también por cuestiones familiares, al Atlético Valladolid, el que debía de ser su último destino deportivo. “Estaba entrando para cenar tras el último partido y me llamó Magí Serra y luego Camiña. Les dije que no, no, no... pero fue una encerrona [risas]. Me convencieron y siguen haciéndolo, y claro, luego llego a casa y mujer me corta los... [más risas]”.

De lo que no cabe ninguna duda es que de Javi Díaz está disfrutando a tope estas últimas temporadas. “Mi gran suerte es que en estos últimos diez años, en Aranda, Valladolid y ahora en Cangas, estoy jugando con pabellones llenos. Y eso no tiene precio”, sentencia.

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