Mientras su rendimiento y capacidad competitiva se van incrementado de forma exponencial en la segunda vuelta de la Liga Sacyr Asobal, la fortuna, necesaria aliada en cualquier ámbito de la vida (incluido el deportivo), parece haberle dado la espalda al Frigoríficos del Morrazo. El conjunto cangués se ha dejado valiosos puntos en los segundos finales en tres de los últimos cinco encuentros que ha disputado. La cruel derrota in extremis ante el Ángel Ximénez Puente Genil no ha hecho sino confirmar que el hecho de que los hados rehúyan a los de Nacho Moyano, lejos de ser una casualidad, es una tendencia que comenzó con el empate ante el Bidasoa (27-27) y la derrota frente al Villa de Aranda (23-24).
La de Irún fue una película similar a la del polideportivo Alcalde Miguel Salas, solo que el hecho de haber sacado finalmente un punto ante el segundo clasificado borró cualquier poso de amargor en esa igualada final. El Cangas se había colocado 25-27 a falta de un minuto y 23 segundos para el final. Odriozola acortó distancias y los de Nacho Moyano pudieron sentenciar con un lanzamiento muy franco de Brais en seis metros. Ledo sacó el balón, y en la última acción del choque Rodrigo Salinas anotaba el 27-27 justo cuando sonaba la bocina. Ante el Puente Genil ese 25-27 llegó a falta de cinco minutos. Mollino y Melgar pusieron el 27-27 y tras una buena parada de Javi Díaz fue Santi López el que se quedó solo delante de De Hita en una gran interpretación de la segunda oleada de contragolpe. El veterano meta sacó el balón, que fue a manos de un compañero y lanzó el contraataque para que Melgar, también sobre el pitido final, anotase el definitivo 28-27.
El guión fue diferente ante el Villa de Aranda, aunque con un desenlace igualmente doloroso para los de O Morrazo. Los visitantes rompieron el partido poniéndose con 17-21 a falta de diez minutos. El Frigoríficos remó hasta la orilla (23-24) y dispuso de una última acción con tres segundos por delante. Ribeiro asumió la responsabilidad, pero su lanzamiento se estrelló en el larguero. En los otros tres partidos jugados este año los cangueses vencieron a Atlético Valladolid y a Puerto Sagunto y cayeron ante el Benidorm (24-26), en una derrota que no puede achacarse a la fortuna, pero en la que el azar también tuvo algo que ver. Con 24-25 y presionando a toda pista Martín cortó un pase a Borja Méndez a falta de unos segundos, pero el balón le cayó al jugador gallego del cuadro levantino, que sentenció, evitando que el Cangas tuviese una última opción de empatar.
El Cangas se ha dejado puntos en la recta final de tres de sus últimos cinco encuentros
“Lo que nos ha pasado es algo a corregir y que debemos gestionar mejor. Hay que analizar por qué nos ha sucedido eso”, señala un Moyano que reconoce su frustración “porque fuimos muy superiores”. Para el técnico madrileño su equipo “estuvo de diez” y tan solo la precipitación y los nervios en los últimos minutos le impidieron obtener un mejor resultado. “Merecíamos ganar por juego, pero hay que estar contentos, porque si somos capaces de competir así en una cancha tan complicada como la del Puente Genil podemos hacerlo en cualquier lugar”, subraya.
Moyano no esconde su satisfacción “por el rendimiento y el trabajo del equipo. Tuvimos al final un par de pérdidas de las que no habíamos tenido antes y les dimos dos goles fáciles que los metieron en el partido”. Ahora su obsesión es recuperar física y anímicamente a los suyos para la nueva batalla que tienen por delante, el domingo ante el Incarlopsa Cuenca. El equipo descansó ayer y entrenará hoy y mañana para afinar su puesta a punto de cara el choque ante los manchegos, con los que empató en la primera vuelta.
Quejas por la labor de los colegiados
Sesenta minutos de balonmano intenso, en un duelo igualado que solamente se decide en el último segundo y ni una sola sanción disciplinaria. Ese peculiar récord es del que puede presumir el Ángel Ximénez Puente Genil en su partido ante el Cangas, ya que los colegiados andaluces Mendoza Roldán y Visciarelli Lareo no solo no excluyeron a ningún jugador local, sino que tampoco les sacaron una tarjeta amarilla. “Es algo que no recuerdo si ha sucedido en algún partido este año”, apunta Nacho Moyano, reacio a mostrar su disconformidad con la actuación de esta pareja de recién ascendidos a Asobal. El Cangas sufrió cuatro, incluso una de ellas atacando. “El criterio con los golpes francos o en la señalización de siete metros fue diferente en las dos áreas, y al final acabas con una sensación enorme de frustración”, afirma el técnico.
