Moaña volverá a tener un equipo sub 23 compitiendo por las carreteras de toda España e incluso en el ámbito internacional. El Gsport Grupo Tormo consolida su proyecto en su segundo año en O Morrazo de la mano de la Agrupación Deportiva Punta Fondón manteniendo el objetivo con el que fue diseñado: la formación de ciclistas para ser profesionales en un futuro. Un salto que este año ya dieron el que fuera subcampeón del mundo sub 23, Felipe Orts, al Burgos BH y el sudafricano Byron Munton al Electro Hiper Europa, marcando el espejo en el que debe mirarse la plantilla de este año.

La salida de sus dos principales figuras ha obligado a la formación dirigida por Antonio Llopis a reinventarse. Del conjunto de la pasada campaña continúan solamente siete deportistas, que son Miguel Ángel Silva, Daniel Mellado, Sergio Ginés, Pablo Álvarez, Miguel Moya, Gabriel Rodas y Joan Llacer. El capítulo de incorporaciones incluye a Josué Gómez –llamado a ser uno de los líderes del equipo–, Ricardo Zurita, Míkel López, Jordi Gandía y Carlos Collazos. Asimismo, se ha confirmado la llegada de cinco corredores que suben desde la categoría júnior. En esta lista se encuentran los dos únicos gallegos de la escuadra, Israel Rodríguez y Gianni Giannelli, además de Mario Granero, Álvaro Torrella y Gorka Ortega.

“Tenemos depositadas grandes esperanzas en Josué Gómez y en Gorka Ortega, que fue uno de los mejores júniors la pasada temporada, además de en los dos gallegos”, afirma Enrique Vaz, máximo responsable del Punta Fondón. Con el fichaje de Rodríguez y Giannelli desaparece una de las espinas que tenía clavadas la formación el año anterior, la ausencia de corredores de la tierra. “Cuando absorbimos el club las plantillas ya estaban cerradas y no quisimos tocar a nadie, pero es cierto que nos gustaría promocionar a más chicos de aquí”, relata Vaz.

El equipo está formado casi íntegramente por ciclistas sub 23 pero también hay alguno élite con la misión “de arropar a los jóvenes. Están para ayudar, hacer grupo, y ser la mano derecha del director en carrera, afirma Enrique Vaz, antes de explicar la filosofía del equipo. “Nuestro objetivo son los chicos de 19-20 que quieren llegar a ser ciclistas. No pagamos pero queremos trabajar de forma profesional para ayudarlos”, señala. En este sentido su oferta es hacer “el mejor calendario posible. La obsesión no es ganar carreras sino formar buenos corredores”.

El calendario de competición está marcado por la evolución de la pandemia. Sobre el papel arrancaría en marzo y hasta septiembre hay pruebas prácticamente todos los fines de semana en España, Portugal e incluso alguna en Francia. La Copa de España es una de las pruebas anotadas en rojo, especialmente en las dos carreras que habrá en Galicia en el mes de mayo (Padrón y Gondomar). “Hay mucha hambre de correr”, subraya Vaz.

Una preparación atípica y sin concentraciones

El ciclismo aficionado y el Gsport Grupo Tormo no escapan a la situación generada por la pandemia del coronavirus, y que se ha traducido en su caso en la pretemporada más atípica que se recuerda. “Este año echamos mucho de menos las concentraciones para hacer grupo, nos hemos quedado sin ellas”, señala Enrique Vaz. Habitualmente se hacía una más extensa en invierno (diciembre o enero) y luego varias más puntualmente a lo largo del año. Todo para formar un buen bloque en una plantilla integrada por corredores de diferentes puntos de la península. Así pues habrá que fiar todo a los entrenamientos individuales, y aquí la casuística depende de las restricciones que haya en cada comunidad autónoma y en cada localidad. “Hay que adaptarse a las normas específicas, pero generalmente no hay problemas al tratarse de deporte federado”, explica el dirigente del Punta Fondón.