Con cierto fastidio pero también resignado a vivir una situación que ya se esperaba. “Sabíamos que podía tocarnos por una simple cuestión estadística. Ahora hay que apechugar e intentar que pase lo más rápidamente posible y volver a entrenar en cuanto podamos”, afirma Jorge Otero. El entrenador del cuadro cangués es, con todo, optimista, y apunta que “la base del equipo es muy buena y tampoco debería suponer un grandísimo problema el estar parados diez días”.
Y es que los jugadores rojiblancos ya disponen de un plan de trabajo individualizado para los próximos días en los que deberán permanecer confinados en sus domicilios. “Está claro que habrá quien pueda hacer de todo, otros algo y a lo mejor alguno nada o casi nada, pero esto es algo que ya les pasó a otros equipos . Sabemos que podía suceder y ha pasado”, señala. En este sentido, apuesta por afrontar la situación con entereza y cuidar el aspecto anímico. “Si la cabeza funciona todo se puede llevar mucho mejor, hay que ser positivo en ese sentido”, subraya. Y añade otro elemento a la ecuación, la empatía. “Nosotros no nos podemos quejar, porque hay gente que lo está pasando mucho peor con esta enfermedad, que no puede trabajar... No hemos de ser egoístas”, sentencia.
En el ámbito puramente deportivo Otero apunta un dato. “De los 12 equipos de nuestro grupo, solo Choco, Bouzas y Estradense han disputado todos sus encuentros”, señala, convirtiendo esta Liga en “diferente y más igualada”. El técnico se aferra al regreso con victoria del Arenteiro tras estar confinado para esperar que a su equipo no le afecte la paralización de la actividad en sus siguientes compromisos.
