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balonmano - Liga Asobal

El temporal deja atrapado a Nacho Moyano en Estambul

Santi López, en Madrid poco antes de tomar el tren a Galicia. | // FDV

Moyano, ayer en el comedor de su hotel en Estambul. | // FDV

Si Galicia ha podido librarse de la incidencia de la borrasca Filomena, no puede decirse lo mismo del Frigoríficos del Morrazo. El club que preside Manuel Camiña se ha visto indirectamente perjudicado por los efectos del mayor temporal de nieve que se recuerda en los últimos años y que ha provocado la suspensión de numerosos vuelos en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas. Uno de ellos es el que tenía que llevar de vuelta al entrenador del cuadro cangués, Nacho Moyano, después de haber dirigido junto a Rodrigo Reñones a la selección española B en el Torneo de Navidad disputado los últimos días en Moscú. Moyano se encuentra, al igual que el resto de la expedición, atrapado en Estambul a la espera de un vuelo que le sirva para regresar a España.

Y es que después de haber afrontado los compromisos ante las selecciones de Argentina y Rusia, Moyano cogió en la madrugada del sábado un avión con destino a la capital otomana, donde debía tomar otro para aterrizar en Madrid ese mismo día. Sin embargo, la llegada del combinado nacional a Estambul coincidió con los momentos más críticos del temporal en el centro de España, por lo que se suspendió su vuelo. “Al no tener donde ir nos metimos en un hotel para pasar la noche y esperar a poder salir el domingo”, relata desde Turquía. Pero las noticias del domingo tampoco eran demasiado esperanzadoras. “Salimos del hotel para ir al aeropuerto y allí estuvimos esperando durante ocho o nueve horas, hasta que a eso de las 21.30 nos enviaron a otro hotel porque no había posibilidad alguna de volar”, señala.

La Federación Española gestionaba en las últimas horas reubicar a toda la expedición en un vuelo a un punto diferente de la península, previsiblemente Bacelona, y que desde allí jugadores y técnicos emprendiesen la marcha a sus respectivos destinos. Esto podría ser posible hoy mismo. Pero si esto se solventase con éxito, en España aguarda otro problema al técnico del conjunto morracense. “Las llaves de Cangas y el coche los tengo en mi casa de Majadahonda, que ahora mismo está con 40 centímetros de nieve e incomunicada”, manifiesta. La disyuntiva será, pues, la de volver directamente a Cangas sin recoger su vehículo y sus pertenencias, o bien intentar pasar primero por casa, siempre y cuando mejoren la meteorología y las comunicaciones.

A las 00.30 de hoy se cumplieron 72 horas desde el inicio del interminable viaje de regreso de Nacho Moyano, a lo que se une las restricciones marcadas por la Covid-19. “Con la pandemia no hemos salido allí ni un solo día y tampoco lo hemos hecho aquí. Nuestra vida ha sido hotel-aeropuerto y aeropuerto-hotel”, señala. Es la cara más amarga de una experiencia con la selección “fantástica. Jugamos contra selecciones de nivel, que estarán presentes en el Mundial, y hemos estado con jugadores a los que hemos visto crecer desde categorías inferiores”.

Moyano confía en poder asumir de nuevo las riendas del Cangas en el entrenamiento del miércoles. Hasta entonces lo hará Dani Malvido, con quien el madrileño mantiene un contacto constante y al que ya ha remitido su plan de trabajo técnico-táctico para estos días. El equipo ya hizo su primera sesión en pista tras las dos jornadas de trabajo físico del jueves y viernes pasados y ayer afrontó su primer entrenamiento en pista. Ante las obras de cambio de superficie de O Gatañal trabajó en el pabellón de Rodeira, iniciando un peregrinaje que lo llevará tres días por semana al Príncipe Felipe de Pontevedra. El club aún está pendiente de cerrar polideportivo para las sesiones de martes y jueves.

Quien no pudo estar en la sesión de ayer fue Santi López, con permiso del club, y otro de los damnificados por la nieve. El jugador madrileño se desplazó a su localidad natal para realizar un examen (cursa un Máster de Ingeniería Industrial e Ingeniería Nuclear) que fue suspendido por la complicada situación meteorológica. Su llegada el viernes fue accidentada, debiendo optar por el metro “y luego ir campo a través, porque el metro no llega a mi barrio”. Por fortuna, el jugador ha podido sortear las inclemencias del tiempo y ayer por la tarde pudo coger el tren que debía llevarle a última hora de la noche hasta Vigo, donde cogería su vehículo particular para llegar a Cangas. Hoy trabajará ya con el grupo.

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