La plantilla del Frigoríficos del Morrazo y de su filial, el Luceros, afrontan días clave. Los jugadores y miembros del cuerpo técnico que han dado negativo en las pruebas PCR están empezando a recibir las primeras llamadas para repetir el test, que en caso de volver a arrojar resultado negativo les permitiría abandonar la cuarentena. Los que han dado positivo tendrán que esperar hasta entre mañana y el jueves, que es cuando acaba la cuarentena de diez días. Alguno de los jugadores accedió a hablar para FARO, pero sin identificarse para proteger su privacidad y la de su familia. "En realidad no nos podemos quejar. Es cierto que se trata de una situación difícil, pero todos estamos en casa con síntomas leves o asintomáticos. Lo realmente alarmante sería que estuviésemos en el hospital", expone de manera razonada.

Él fue de los que dio positivo en las pruebas realizadas el día 12 y recuerda como fueron los momentos previos y posteriores. "Cuando el domingo el club nos dijo que había un compañero que había dado positivo yo por la noche sí que sentí algo de fiebre y una tos flemática, pero nada grave. Luego nos hicieron la PCR y a mí me dio positivo. Los miembros de mi familia también tuvieron que hacerla y afortunadamente a ellos les dio negativa, aunque tienen que estar en casa aislados", explica.

Este jugador cuenta que en su caso tiene que estar confinado en una habitación. "Aquí solo tengo una televisión, el móvil y una ventana. En casa tenemos dos baños y hay uno que lo uso solo yo. Y cuando tengo que ir salgo con la mascarilla puesta", explica. A pesar de la situación, que por momentos se parece a un régimen carcelario, lo toma con humor y filosofía. "Cuando me traen la comida llaman a la puerta y me la dejan delante. Pero insisto, en nuestro caso no es grave y no hay que asustarse. Todos estamos en nuestras casas y vamos a salir juntos de esta situación", afirma.

A lo largo del día los integrantes del Balonmán Cangas y del Luceros reciben varias llamadas de los rastreadores, tanto de Sanidade como del ejército. El objetivo es doble. Por un lado, conocer cuál es su evolución y si tienen nuevos síntomas. Por el otro, corroborar que ellos y sus familias cumplen con la cuarentena y se encuentran aislados en sus domicilios. "Te hacen un montón de preguntas y se interesan por si vas mejorando. Ahora mismo en mi caso me dijeron que me tomase un paracetamol cada seis horas y que procurase tomar mucho líqudo", manifiesta.

El hecho de ser deportistas profesionales en este caso es una ventaja. "Nuestros cuerpos están acostumbrados al ejercicio y trabajo físico, nos cuidamos y llevamos una buena alimentación. Eso es importante porque ayuda a que los síntomas sean leves y a que no haya nadie en el hospital", insiste. En su caso afirma que a lo largo del periodo ya transcurrido de la cuarentena ha experimentado una constante mejoría y confía en que cuando tenga que volver a hacer la PCR el resultado será negativo.

A pesar de la cuarentena y del confinamiento la plantilla mantiene el contacto a través de mensajes y de videollamadas. El técnico de los cangueses, Nacho Moyano, procura organizar por las tardes una sesión conjunta de videollamada para aprovechar el tiempo y trabajar aspectos relacionados con la táctica. Además, los jugadores tienen un plan de trabajo físico para realizar en sus domicilios. "No es lo mismo que trabajar en el gimnasio, pero ayuda a mantener la forma física. Dani [Malvido, el preparador físico] nos preparó un circuito con ejercicios que incluyen algo de pesas, saltos, flexiones... Es una hora de trabajo que sirve para conservar el tono", cuenta uno de los jugadores del Frigoríficos del Morrazo.

El brote en el seno del club ha sido de los más importantes dentro del balonmano español porque son once casos dentro de la primera plantilla y seis vinculados al Luceros. "La parte positiva es que nos servirá para superar esta situación todos juntos y unidos. Seguro que salimos más fuertes", argumenta.

En cuanto acabe la cuarentena la plantilla volverá a los entrenamientos y se da por descontado que volver a coger el nivel competitivo costará un poco después de este parón. El partido de este sábado ante el Sinfín ya está aplazado y el club confía en que también se posponga el de la semana siguiente ante el Puerto Sagunto, que a finales de la semana pasada también comunicó positivos en su plantilla. "Lo que es seguro es que vamos a salir adelante, pase lo que pase", sentencia.