La tripulación femenina de Tirán Pereira vela armas desde ayer para la cita que esta tarde (17.30 horas) afronta en la Clasificatoria para la Bandera de La Concha. Las moañesas acuden a la cita con su plantilla prácticamente al completo -solamente se ha caído de la lista Lucía Verdeal, que al ser cadete no puede competir- y viéndose con opciones de colarse en la gran final, para la que se repartirán siete plazas (la octava corresponde, como es tradición, a La Donostiarra).

"Esto es un premio, una ilusión, un plus a la temporada", reconoce Jacobo Currás, técnico de las de O Con, en pleno viaje por carretera hacia tierras vascas. "El año pasado remamos allí con la intención de disfrutar de la regata y este es lo mismo, aunque con alguna aspiración más, la de intentar meternos en la final", añade. Currás cree que su tripulación tiene serias opciones de conseguirlo, al haberse reducido la participación. Las cuentas son claras. Las tres embarcaciones de la Liga Euskotren (la cuarta sería La Donostiarra, con su plaza asegurada) son claras aspirantes a ganarse el billete para luchar por el título, salvo sorpresa monumental, y a ellas habría que sumar a Cabo da Cruz y Tolosa. Quedarían dos pasaportes, y ahí es donde entran los cálculos del preparador de los de O Con. "Entre Ondárroa, Hibaika, Zumaia y nosotros deberíamos jugarnos esos dos puestos", afirma.

El objetivo es poner el colofón a una buena temporada con lo que, recuerda, "sería un hito histórico, meter por primera vez a Tirán en la final femenina de La Concha". Las moañesas, tras ser segundas en la Liga, quieren seguir creciendo en un proyecto nacido la pasada temporada y que poco a poco está yendo a más. "Esto es importante para seguir afianzando el proyecto", reflexiona el técnico, que ha visto en este tiempo una notable progresión en las suyas. "El nivel está subiendo y estamos remando muy bien. En solo dos años nos hemos puesto por delante de otros equipos con más años de experiencia en la Liga y cerca del nivel de Cabo, aunque aún algo por debajo.

Ahora tocará una prueba de fuego en la competición reina del remo en banco fijo, aquella que nadie se quiere perder por lo que representa en el aspecto competitivo como en el mediático o el puramente festivo. La Concha es diferente y simplemente poder competir para poder disputar esa regata mágica ya es un premio a una temporada atípica donde las haya.