Martín Lamelas, Cristian Parra y unos cuantos soldados más. El Ourense CF pasó la prueba de la semifinal contra el Arosa y se jugará el ascenso el sábado contra el Compostela, segundo contra primero, lo más justo si nos atenemos a lo hecho durante la temporada.

El ourensano vio puerta y el madrileño cerró la suya. Al cuarto de hora ya mandaban los blanquinegros, Martín Lamelas revoloteó por la frontal y encontró en Cassio el socio perfecto. Le tiró una pared y la devolución le dejó ante el portero, al que sorteó para golpear cruzado con la derecha.

Guion soñado para los de Fran Justo, siempre fuertes atrás pero ahora con más espacios por delante para inventar.

Cercana la media hora apareció Parra con un vuelo espectacular para sacar el empate cerca de la escuadra. Lo celebró como si hubiese marcado él, no era para menos. Justo después de la pausa de hidratación abortó con el pie, mientras el cuerpo iba para otro lado, el remate que era gol o gol de Jorge Sáez. En pleno éxtasis tuvo que estar firme abajo para sacar el pelotazo de Manu Rodríguez. Por el camino tuvo el 2-0 Lamelas, pero Taboas tenía algo que decir.

Salió arrebatador el Arosa tras el descanso, de manera que hizo del Ourense un pim, pam, pum. Parra siguió manteniendo a los ourensanos, y cuando rechazó una pelota que iba a empujar Mon apareció Cassio para echarle una mano.

Dieron los ourensanos un paso atrás, dejando liberados arriba a Lamelas, Pibe y Adri con la intención de cazar una contra que acabase con los problemas. No llegó y los pontevedreses se agrandaron tanto que inclinaron claramente el campo hacia su ataque. Rober tuvo el empate a la hora de juego, pero inexplicablemente hizo lo más difícil, echar la bola fuera.

En esas que Pibe agarró una pelota, zigzagueó y Catú le tiró en el límite del área. Roja para el defensa, penalti y gol de Renan Zanelli. Con el partido muerto llegó el gol arlequinado, un saque de esquina que puso Julio Rey y cabeceó Pedro Beda, fiel a su cita con el gol.