Óscar García continuará una temporada más en la Cultural Deportiva Beluso. Salvo sorpresa el entrenador moañés ampliará su vinculación contractual con un club al que llegó a principios de esta campaña para asumir las riendas en un año de transición tras la marcha de algunos de sus principales puntales. "Hemos quedado en hablar la próxima semana si ya hay la posibilidad de reunirse para cerrar todo, pero no debería de haber ningún problema", apunta el que fuera preparador de Villalonga, Moaña y Xuventú Sanxenxo, entre otros.

Club y preparador ya han mantenido varios contactos telefónicos en los que se ha podido comprobar la excelente sintonía entre ellos. "Me han ofrecido seguir y yo estoy dispuesto a hacerlo, porque aquí me encuentro muy a gusto y no tengo ningún problema", señala. Es más, García es bastante contundente a la hora de manifestar que no cambiaría el Beluso por ningún otro equipo de la misma categoría, la Preferente Autonómica.

"Este es un club pequeño, pero en el que se puede trabajar de forma cómoda. Ir a otro club que pueda estar peleando por el ascenso no me va a hacer mejor entrenador", afirma, antes de añadir que "en esta categoría no cambio al Beluso por nada y así se lo he hecho saber a la directiva". La experiencia de pelear por el ascenso, e incluso de conseguirlo, "ya la tuve en el Sanxenxo". Entonces, tras haber logrado dar el salto a la Tercera División, decidió salir al ser su tercera campaña seguida allí. La única cuestión que podría alejar a García de As Laxes es una oferta de superior categoría, "porque le dedico mucho tiempo a entrenar y mantengo esa ilusión de progresar".

Ahora la preocupación del técnico morracense es la de estructurar la próxima campaña, que tendrá la dificultad añadida de arrancar después de cinco meses sin competición, algo que repercutirá, sin lugar a dudas, en el estado físico de futbolistas que no son profesionales. "Se va a notar, porque tenemos al 80 por ciento de la gente confinada en pisos y sin poder hacer deporte en condiciones", dice. Por ello, tiene ya un plan de trabajo preparado que deberá ser aceptado por el club para poder ponerlo en marcha.

La intención es la de adelantar la vuelta a la normalidad al mes de junio, si bien con un plan de trabajo muy ligero a fin de ir adecuando el cuerpo a los esfuerzos posteriores. Sería una especie de previa a la pretemporada. A partir de ahí se podría ir incrementando la carga de trabajo para prevenir lesiones y problemas físicos. "Es como haber dejado el fútbol medio año. Es mucho tiempo", señala García, que apunta que la disponibilidad de los jugadores es buena. "La gente tiene muchas ganas de fútbol", sentencia.