El proceso de desescalada para abandonar progresivamente el confinamiento ya está en marcha. Sin embargo, la posibilidad de una vuelta a los entrenamientos está por completo descartada. La competición ya está claro que no se retomará y las limitaciones para deportes como el balonmano aún seguirán. Esto obligará a afinar desde ya la puesta a punto física para la próxima campaña.

Habitualmente el parón entre el final de una temporada y el regreso a los entrenamientos para preparar la siguiente suele oscilar entre un mes o mes y medio. Este año esa interrupción es mucho más prolongada y el entrenador del Cangas, Nacho Moyano, apunta que será fundamental un "trabajo previo más severo y riguroso" por parte de los jugadores. "Se va a tratar de una cuestión individual y de responsabilidad de cada uno para llegar en una buena forma al inicio de la pretemporada para un menor riesgo de lesiones porque es un momento de mucha carga física", señala el técnico.

Desde que se decretó el parón por el estado de alarma la plantilla ha trabajado individualmente, en sus respectivos domicilios y lugares de confinamiento, con los pocos medios a su alcance y según las indicaciones del cuerpo técnico. Pero no deja de ser un trabajo "claramente insuficiente para unos deportistas profesionales acostumbrados a trabajar el gimnasio, a levantar pesas y que tienen que desplazar muchos kilos", subraya Moyano.