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fútbol

El regreso a la normalidad de Pablo Refojos

El técnico buenense vive la salida del confinamiento en China, donde ejerce de entrenador desde octubre

Pablo Refojos con las calles vacías de Ulan Hot a sus espaldas durante el confinamiento. // FDV

A casi 10.000 kilómetros de distancia de su Bueu natal Pablo Refojos comienza a disfrutar de la progresiva vuelta a la normalidad que ha fijado China después de haber superado la crisis del coronavirus. El que fuera entrenador de Domaio y Alondras Juvenil, entre otros, reside en la ciudad de Ulan Hot, en la región de Mongolia Interior, donde hace diez días que las medidas de confinamiento se han suavizado. "Hemos vuelto a una cierta tranquilidad. Los restaurantes han abierto, por ejemplo, aunque seguimos con las precauciones de llevar mascarilla y guantes, te miden la temperatura en diferentes sitios... Pero lo que es en las calles se ve normalidad y un tráfico fluido", relata el técnico. Él, en cambio, aún está pendiente de poder regresar plenamente a su labor en la Academia de Ulan Hot. "Aún no estamos trabajando, porque dependemos de que los niños empiecen en los colegios, y eso se ha retrasado algo más porque son un potencial foco transmisor del virus", relata.

Refojos se unió el pasado mes de octubre a la empresa Nama para desarrollar un proyecto deportivo de captación de jóvenes talentos (nacidos entre los años 2007 y 2013) en centros escolares. Las mañanas las dedicaba habitualmente a la planificación del trabajo semanal y las tardes a los entrenamientos específicos, y compartía organigrama con otros tres españoles, si bien la pandemia provocó la marcha de dos de ellos prácticamente en el inicio de la crisis. "Teníamos un viaje programado a Shanghai para el 25 de enero y dos días antes nos lo cancelaron. La situación se complicó muy rápidamente, se dispararon los casos y recomendaron tomar precauciones, hasta que el 26 o 27 ya fue una medida obligatoria", relata el buenense. "Dos de mis compañeros tienen hijos, se asustaron un poco y decidieron abandonar", dice.

Refojos también tuvo la oportunidad de salir pero la rechazó. "La empresa nos ofreció la posibilidad de rescindir y volver a España, dándonos facilidades, pero yo no quería abandonar este proyecto. La gente me trata muy bien y nunca se me pasó por la cabeza renunciar a ello", manifiesta. La marcha del director del proyecto y de un compañero -con el que también compartía piso- ha hecho que tanto el buenense como el otro español que se quedó tengan que asumir una mayor carga de trabajo. "Nos han dicho que el proyecto sigue adelante y que vendrán dos compañeros más cuando regresemos por completo a la normalidad, aunque es difícil que eso ocurra a corto plazo, porque a día de hoy no pueden entrar extranjeros en el país", afirma. Por ahora están pendientes del OK para regresar a los campos de entrenamiento. "Tenemos todo listo, porque aquí te lo comunican prácticamente de un día para otro", señala.

Recuerda las duras "pero necesarias, porque la situación así lo requería" medidas adoptadas para el confinamiento. "Yo no salía nunca a la calle sin la mascarilla ni los guantes. Para salir al supermercado había que registrarse en la urbanización, y en el mismo supermercado hacerlo de nuevo, dando tus datos. Te tomaban la temperatura y había controles en todos los lados", asegura. La empresa en la que trabaja le ofreció la posibilidad de realizar la compra por Internet y enviársela a su domicilio, "pero tengo el súper al lado y decidí hacerlo por mi cuenta. La gente ha sido muy amable conmigo". En cuanto a la disponibilidad de productos apunta que "algunos días sí faltaban cosas. Las carnes, por ejemplo, faltaron durante casi un mes, luego en algún momento fue difícil encontrar agua... Pero yo sí conseguí tener provisiones para algún tiempo y no tuve grandes problemas".

A pesar de estar bastante alejado del foco del contagio en Wuhan, las consecuencias de la pandemia también se han hecho notar de cara al futuro en la zona en la que vive el técnico buenense. Y directamente a él, que tenía programados ya varios eventos a lo largo de este verano. El que más interés había despertado era el de un campus de fútbol de toda Mongolia Interior, una región autónoma que "es la segunda provincia más grande de toda China", destaca Refojos. Además, estaba prevista la organización de un torneo internacional que tendría como equipos invitados a algunos llegados de España y de otras partes de Europa. "Evidentemente todo esto no va a ser posible; es una pena, pero con suerte podremos hacerlo en otro momento", afirma con cierta resignación.

Tiempo tendrá, porque en sus planes no pasa el volver a España, al menos por el momento. "No tengo ninguna duda en seguir con este proyecto. A pesar de todo vamos a continuar, estoy contento e ilusionado y me siento muy bien tratado", sentencia el preparador buenense.

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