El peso de la lógica se impuso en O Gatañal y el Frigoríficos del Morrazo sucumbió con claridad (20-29) ante el Logroño La Rioja en un encuentro en el que el equipo que dirige Nacho Moyano pagó su desacierto ofensivo, especialmente en el primer tiempo, y los problemas físicos de alguno de sus hombres clave, como Cerqueira (que solo pudo disputar unos minutos) y Kuran (que no saltó a la pista).

Con su capitán muy mermado y sin el bielorruso, Nacho Moyano apostó por un siete inicial sin cambios defensa/ataque para poder contrarrestar uno de los mayores peligros visitantes, la velocidad en las transiciones. El luso Ribeiro formó con Quintas en el eje del 6.0 y actuó como central en ataque acompañando a Muratovic y Mitic en primera línea. Sin embargo, el protagonismo en este arranque inicial correspondió a Javi Díaz, que tras el 2-3 abortó cualquier intento ofensivo de los riojanos, con paradas de enorme mérito. En el otro lado de la pista era el Cangas el que perdonaba en exceso, errando lanzamientos muy claros.

Tras cinco minutos de sequía de ambos conjuntos, el Logroño estiró la goma aprovechando un par de exclusiones locales y un más que discutible criterio arbitral. Y es que tan inherente como era el cuello de lechuguilla a Miguel de Cervantes o el minimalismo y la simplicidad a la arquitectura de la Bauhaus, parece serlo la polémica al Cangas. En un ambiente en el que aún no se había olvidado lo sucedido en el duelo ante el Guadalajara (con un gol anotado de más al equipo local), la pareja arbitral desquició a la escuadra de Moyano y al público, con acciones tan claras como una flagrante falta en ataque de Kusan o unos pasos de Balenciaga que por arte de magia se convirtieron en la segunda exclusión de Quintas. Cierto es que el Frigoríficos hipotecó sus opciones en su mal porcentaje de tiro y en las diez pérdidas de balón en estos 30 minutos iniciales.

Así las cosas, y a pesar de los dos tiempos muertos del entrenador del cuadro gallego, el Logroño abrió hueco y se fue al descanso con un cómodo 7-15.

Pero lo que no le falta al Cangas es espíritu de lucha, y así, capitaneado por un Ribeiro extraordinario en defensa, entraron en la segunda mitad con intensidad para recortar en el electrónico (10-15, minuto 33) antes de que Merino Mori y Moyano Prieto abortasen la reacción con una increíble exclusión a Vujovic por -según su criterio- fingir una falta en ataque. Sin mucho margen para el error, los fallos en el lanzamiento (un penalti y dos acciones de seis metros) permitían a los visitantes irse en el marcador (14-21, minuto 45.). Un nuevo arreón de los locales les metió de nuevo a cinco goles (18-23, minuto 52), obligando a Miguel Ángel Velasco a solicitar tiempo muerto para evitar posibles sorpresas.

Moyano mantuvo unos minutos más a sus teóricos titulares apurando las opciones de meterse en partido, pero, a falta de cinco minutos, ya arrojó la toalla. Premió al juvenil Javi Fernández, igual que antes había hecho con un Pablo Castro inédito en los tres encuentros anteriores. Y el Logroño simplemente aprovechó para alargar el marcador hasta una máxima renta que no refleja con exactitud lo sucedido en el encuentro.

La anécdota del choque la protagonizó una de las anotadoras, que se confundió al marcar el tiempo de la segunda exclusión de Quintas (28.11 en lugar de 28.30), un despiste que no tuvo ninguna incidencia y del que pidió disculpas en el momento.