Cinco puntos. Eso es lo que separa al Cruceiro de los puestos de promoción de ascenso a Primera Autonómica. El triunfo por la mínima ante el Romay ha permitido a los hombres que dirige Óscar Sánchez tomar aire y no descolgarse de modo peligroso de una pelea a la que no renuncian un buen abanico de escuadras de la categoría.

Los cruceiristas han acusado su irregularidad, que les ha impedido encadenar varios resultados positivos para poder meterse en la zona de privilegio. Al contrario de la temporada pasada, en la que acumularon veinte encuentros sin conocer la derrota, en esta solamente han conseguido una buena racha al inicio del campeonato, con tres triunfos seguidos, ante Marín, Mosteiro y San Martín entre las jornadas 6 y 8 de Liga. Desde entonces, no han sido capaces de unir al menos dos triunfos seguidos.

Ahora, el conjunto cangués tendrá una buena piedra de toque en su visita la próxima jornada al Vilaboa, equipo que se ha aupado a la segunda posición, en ascenso directo. Será un choque para intentar dar un golpe encima de la mesa. Y es que febrero puede ser un mes determinante, ya que recibirá en su feudo a Xil (en descenso) y Mosteiro (en tierra de nadie), mientras que tendrá otra complicada salida a Marín, escuadra que se ha colado en la quinta plaza y, por tanto, rival directo por los puestos de promoción.