Jorge Otero ya ejerce como entrenador del Alondras. El técnico de Nigrán fue presentado ayer como nuevo inquilino del banquillo rojiblanco tras el cese de Juan Alberto Valladares, "Pereira", desencadenado el domingo por la derrota por la mínima ante la Sociedad Deportiva Compostela. El que ha sido uno de los máximos exponentes de la cantera celeste cuenta con experiencia tanto en el Arosa como en el Rápido de Bouzas (en este último incluso en la Segunda B), y estará acompañado en su nueva aventura por Fonsi Valverde, que tiene como equipos en su currículum a Celta B, Lugo o Areas, entre otros.

"Evidentemente, cuando uno lleva alejado de los banquillos vives el fútbol de otra manera, ves muchos partidos, pero te falta la adrenalina del día a día, esa exigencia", señala el preparador, antes de añadir como razones para fichar en Cangas el hecho de llegar "a un clásico de la Tercera División, con una afición importante. Es un sitio apetecible y no me lo pensé ni un solo momento". Otero asume la complicada situación en la que se hallan los alondristas, que después de haber vivido las mieles de dos fases de ascenso, afrontan ahora la apretada lucha por eludir el descenso. "Esto es el fútbol. Creo que, a pesar de las bajas, hay equipo para estar en una posición más cómoda. Esto son rachas, dinámicas, y cuando las cosas no salen no salen, pero vengo ilusionado para aportar mi trabajo y llevar al alondras lo más arriba posible", dice.

Si bien la permanencia parece el objetivo más evidente, el nicrariense huye de los pensamientos que van más allá del domingo. "No me marco objetivos a largo plazo porque no sirven de nada", afirma, y puntualiza que "la meta es conseguir los tres puntos de esta semana contra el Barco. Esto da muchas vueltas y cada partido es una historia. Ganar cuesta muchísimo", por lo que "no queremos ir más allá".

Una de las razones para mantener esa filosofía es la igualdad que ve en la categoría, y que se refleja en una zona de peligro en la que, más allá de los colistas Pontellas y Paiosaco, hay hasta siete equipos en un margen de solamente dos puntos, entre ellos conjuntos llamados a ocupar plaza en la zona alta como Bergantiños o Rápido de Bouzas. "E incluso el Alondras", añade Otero, "es otro de los equipos que entraba en las quinielas para estar más arriba. Esto demuestra lo que es la Tercera División, conjuntos llamados a estar entre los ocho primeros que se encuentran muy lejos. Pero aquí todos tienen buenos jugadores, hay mucha información e igualdad".

El Alondras no le es desconocido a Jorge Otero, que admite haber visto varios encuentros de la escuadra rojiblanca a lo largo de la temporada. "Lo he visto en diferentes ocasiones y creo que hay jugadores para que el equipo esté más arriba en la tabla clasificatoria", señala. Y justifica su situación en las dinámicas, "cuando entras en una negativa es muy difícil poder cambiarla. Posiblemente haya futbolistas que no estén al nivel deseado, las cosas no salen, los pequeños errores penalizan, no hay acierto de cara a la portería rival... Todo se junta", afirma. Entre sus nuevos pupilos habrá futbolistas a los que ya tuvo a sus órdenes en el pasado, como es el caso del lateral Pablo García y del ahora lesionado Pardavila, a los que dirigió en el Rápido de Bouzas.

El fichaje de Otero coincide con un tramo especialmente complicado de la temporada, ya que en cuatro semanas el equipo cangués se medirá en casa a dos favoritos a la fase de ascenso como Barco y Fabril Deportivo, mientras se mide a domicilio a dos rivales directos por la permanencia como Bergantiños y Rápido de Bouzas, dos escuadras cuyas plantillas no se corresponden con su delicada situación clasificatoria. "Repito lo mismo, hay que jugar cada partido, disputarlo, y solo me centro en el del Barco. Claro que firmo perder este y ganar los otros tres, pero esos cálculos no se pueden hacer", señala.