Las ocho sedes de nueva construcción de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 están casi terminadas a ocho meses de la cita deportiva y las obras pendientes avanzan según lo previsto, pese a los contratiempos a los que han tenido que hacer frente.

La organización de los próximos JJ.OO. de verano anunció esta misma semana que el complejo más emblemático del evento, el nuevo estadio olímpico, ya ha finalizado, a tiempo para el acto oficial de inauguración previsto para el 21 de diciembre y para estrenarse el 1 de enero con la final de la Copa del Emperador de fútbol.

El nuevo Estadio Nacional, con capacidad para 60.000 espectadores, es obra del arquitecto japonés Kengo Kuma y albergará las ceremonias de apertura y clausura, así como las pruebas de atletismo y fútbol.

Su construcción contrarreloj, durante la que la federación global de sindicatos del sector asegura haber detectado abusos laborales y a la que se han vinculado al menos dos muertes por trabajo excesivo, era una de las que más preocupaba por su simbolismo y retraso.

Las obras empezaron en diciembre de 2016, más de un año después de lo previsto, debido a que el diseño original, obra de la fallecida arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid, fue descartado y sustituido por el Kuma después de que los costes se dispararan.

Además del Estadio Nacional, en el que sólo queda pendiente la inspección final, otras tres sedes nuevas están terminadas y demuestran la capacidad de los japoneses.