Ocho victorias en diez partidos individuales hablan del éxito de la apuesta del Club Cinania de Tenis de Mesa por Lucero Aramí Ovelar para reforzar su escuadra de División de Honor Femenina. La número 1 de Paraguay se ha convertido en el referente del equipo cangués a la vez que cumple su sueño de dar el salto a Europa, un paso casi obligado para, a sus 27 años, continuar progresando en su juego.
"Si quieres seguir mejorando hay que salir de Latinoamérica, del continente", dice, asegurando que la experiencia hasta el momento "está resultando muy linda y me está ayudando a crecer como deportista". La idea de cruzar el charco le rondaba en la cabeza desde hacía tiempo. "Muchos amigos venían a jugar a Europa, y me pregunté cómo podía hacer lo mismo. Hablé con amigas y una de ellas me dijo que iba a preguntar en un club donde ella había jugado anteriormente. Allí no necesitaban fichar, pero sí le comentaron que el Cinania estaba buscando a alguien", relata. De este modo los caminos del Cinania y de Lucero se cruzaron para sellar su venida a España. "Fue una sorpresa porque todo se hizo bastante rápido, en apenas una o dos semanas. Yo pregunté muy tarde y ya se estaban cerrando los plazos para la inscripción de jugadores", comenta.
Aunque inicialmente ha venido por solo tres meses con un visado de turista y regresará el día 25 a Paraguay, ya ha llegado a un principio de acuerdo para volver a Cangas de cara a la segunda vuelta. "Lo cierto es que me trajeron de prueba, y ahora me han ofrecido jugar la segunda vuelta. A mí me encantaría", señala. De este modo, ya hay fecha para su regreso, el 21 de enero. Esto le permitirá cumplir otro de sus objetivos, el de disputar torneos a nivel europeo. "La mayoría de competiciones rankeables son en Europa. En Latinoamérica no puedes tener muchos puntos en el ranking si no juegas torneos aquí, y venir solo para eso es muy caro", afirma. Así, ya tiene en mente poder disputar al menos dos torneos en 2020, "uno en febrero en Guadalajara y otro en Portugal".
El cambio a nivel competitivo con respecto a su país ha sido notable. "La diferencia en cantidad de jugadoras es muy grande, en la Liga... aquí tenemos dos grupos de 12 equipos cada uno de ellos, y nosotros con suerte conseguíamos seis equipos en Paraguay", afirma, antes de añadir entre risas que "ya he jugado más partidos que en mi país". En cuanto a la calidad de las contrincantes también lo tiene claro, "son más duras". Pero las infraestructuras también marcan una distancia entre España y el país sudamericano. "Aquí hay buenas mesas, buenas pistas, mientras que en Paraguay hay muchos clubes que no están tan bien preparados", apunta la jugadora del Cinania.
Sobre el club cangués opina que es "un club chico, que no tiene muchos jugadores, pero que quiere mejorar y seguir creciendo. Quizás en Galicia el tenis de mesa no está tan extendido como en otras zonas de España, como pueden ser Madrid o Cataluña". Curiosamente, en donde apenas ha encontrado diferencia es entre vivir en su Asunción natal y Cangas. "Asunción no es muy grande, así que me siento como en casa. Cangas es un lugar tranquilo, en el que puedo salir a caminar, tengo el supermercado cerca... Puedo hacer mi vida tranquilamente. Además, la gente del Cinania me ha tratado superbien y me ha recibido con los brazos abiertas", señala. Lo que más echa de menos es "la familia, a veces los extraño", no así la alimentación o los horarios. "Procuro almorzar entre las 12 y las 13, pero ceno más o menos a las diez de la noche. Soy más de horarios españoles", contesta riéndose.
