El Frigoríficos del Morrazo firmó un amargo empate (27-27) ante el Benidorm en un encuentro que tuvo dominado durante su práctica totalidad y en el que, de forma inexplicable, dejó escapar una renta de cinco goles en sus últimos siete minutos. El cuadro cangués tiró por la borda en ese tiempo el excelente trabajo realizado hasta entonces, con una defensa que ahogó las ideas de los visitantes y un juego ofensivo que encontraba espacios con relativa facilidad. Las buenas sensaciones ofrecidas por el Cangas se tiñeron de decepción por el doloroso desenlace final.

El estreno de las luces del pabellón de O Gatañal, con cañón de luz para anunciar a los jugadores de uno y otro equipo incluido, anticipaba el espectáculo que se iba a ver en el polideportivo cangués. Y eso que comenzaron golpeando los visitantes, gracias a la intensidad ofensiva de Parker y a las paradas de Leo Vial. En los locales Javi Díaz ofrecía un recital y sentaba las bases para que, con Muratovic, David Iglesias y Mitic en primera línea el conjunto morracense se hiciese con el control del choque. Del 5-5 se pasó al 9-5 (minuto 22), mientras Latorre buscaba soluciones en el banquillo ante la escasa aportación de sus dos hombrs clave, Simonet y Pabán. Al descanso, el Cangas mantenía su dominio (13-10).

En la reanudación apareció Cerqueira para lanzar a los suyos a su máxima ventaja (16-11, minuto 35). Mitic, en una excelente actuación, marcaba un nuevo máximo (19-13, minuto 40) en una acción en la que provocó la roja a Oliver pero en la que salió lesionado con un esguince de tobillo. Gayo encadenó varios errores y Moyano apostó por tres diestros, lo que le obligaba a hacer más cambios en defensa. Sin embargo, los locales mantenían el tipo y, aunque su defensa ya no era tan sólida, salían beneficiados del intercambio de goles (23-18, minuto 49, con tiempo de Latorre). Pabán se enganchaba a duelo y las distancias seguían siendo notables (26-21, minuto 53).

Moyano pidió tiempo a falta de seis minutos para reorganizar a los suyos y Latorre metió en pista al jovencísimo Roberto. Fue el principio de un inexplicable fin. El meta sacó varias manos que sus compañeros convertían o bien en contragolpes o bien en ataques provechosos. A falta de 48 segundos Pabán ponía las tablas en el marcador. El Cangas atacó entonces la defensa presionante levantina y el balón llegó a Vilanova con muchísimo espacio para lanzar, pero estrelló su tiro contra el portero. Luego Simonet lanzó desde medio campo pero no sorprendió a Javi Díaz.