La magistral actuación de Leo Maciel en el primer tiempo y el desacierto mostrado en el lanzamiento durante todo el partido abocaron al Frigoríficos del Morrazo a una clara derrota (32-23) ante el Liberbank Ciudad Encantada de Cuenca. El conjunto cangués se estrelló contra el meta italoargentino, y cuando este bajó su nivel en el segundo periodo, hizo lo propio ante su suplente, Samuel Ibáñez, en un encuentro al que los de Nacho Moyano nunca pudieron acabar de engancharse. Su porcentaje de acierto en el tiro volvió a situarse por debajo del 50 por ciento, y así es complicado poder sacar algo positivo de El Sargal.

La baja de Dutra, máximo realizador de los locales, quedó en una anécdota ante el buen arranque de los de Lidio Jiménez, amparados en el espectacular nivel de su portería. Maciel sacó hasta cuatro balones en un inicio en el que solamente Mitic encontraba la red, e impulsó a los suyos hacia su primera renta importante (6-2, minuto 7). Nacho Moyano, que ya había cambiado anteriormente a su director de juego -Rubén entró por Doder-, solicitaba tiempo muerto. Aunque Maciel seguía amargando la tarde a los lanzadores visitantes y las exclusiones castigaban al cuadro cangués, este se mantenía en el marcador, e incluso recortaba hasta ponerse tres goles por debajo (10-7, minuto 16).

Fue un espejismo porque el Cuenca respondió de inmediato anotándose un parcial de 4-0 para romper el choque (14-7, minuto 20). Mientras, Maciel seguía a lo suyo y detenía dos lanzamientos de siete metros y uno claro desde los seis de forma consecutiva en el mismo ataque. Moyano pedía tiempo a falta de cuatro minutos y el Cangas recortaba al descanso con un parcial de 1-3 (17-11).

En la reanudación los visitantes ajustaron la defensa, se encomendaron a Javi Díaz y encontraron buenas opciones en ataque. Con esfuerzo ajustaron un poco más el electrónico (19-15, minuto 38). Alves se inventó entonces un golazo y Fekete cerró de inmediato la posible reacción.

El Cangas continuó nadando contracorriente y sin que la permisividad arbitral con la defensa manchega le ayudase lo más mínimo. en un nuevo arreón volvió a colocarse a cuatro goles (24-20). Pero de nuevo los de Lidio Jiménez no dejaron el más mínimo espacio para que los visitantes creyesen. Nuevo parcial de 3-0 y la goma se estiró hasta el 27-20. No había nada que hacer. El Cuenca se dedicó a gustarse en esos minutos de la basura y a incrementar la renta de cara a las estadísticas con un 32-23 que fue el resultado final.