“Momentos difíciles habrá como el año pasado, pero creo que todo va a salir bien”. Así de convencido se ha mostrado Tihomir Doder en su presentación como nuevo jugador del Frigoríficos del Morrazo, en un acto que ha tenido lugar en la Pizzería Baratto con la presencia, entre otros, del presidente de la entidad, Manuel Camiña, y del director deportivo, Óscar Fernández. Doder, que cumplirá 40 años en agosto, llega a Cangas procedente del Maccabi Kiryat Motzkin de la Liga de Israel, club en el que ejercía de entrenador/jugador, en lo que supone un regreso a casa. El primera línea serbio ya militó cuatro campañas en las filas canguesas (dos en Asobal y otras tantas en la División de Honor B) y ahora, tras un periplo que lo ha llevado por Vardar Skopje, Metalurg Skopje, Hapoel Rishon y Hapoel Ashdod, vuelve al lugar en el que se ha encontrado más cómodo. “Sinceramente siempre pensé que volvería y me retiraría aquí”, afirma. De hecho, su familia ya reside aquí desde hace años.

La polivalencia es uno de los mejores argumentos que puede exponer el jugador de Novi Sad, ya que puede actuar en el centro de la defensa (sobre el papel será el compañero de Cerqueira, Quintas y quizás Castro en esta posición) y en ataque ocupa cualquier puesto de la primera línea. En su anterior etapa en Cangas actuó como lateral, pero en los últimos tiempos lo ha estado haciendo como central. “Ahora mismo me encuentro más cómodo de central porque desde que me marché de la Liga hace ocho años he jugado ahí. Pero no tengo problema en adaptarme al lateral izquierdo o al lateral derecho”, afirma. La decisión queda en manos de Nacho Moyano. Eso sí, cree que sigue siendo un jugador similar al que se marchó del Cangas. “No he cambiado mucho, más o menos soy el mismo, sólo que ahora estoy más acostumbrado a jugar en el centro, ayudando a los compañeros. Y también, como dice el presidente, la cabeza ha crecido”, subraya.

Su papel, además, irá más allá de la pista, ya que hombres como él, Alen Muratovic, Javi Díaz o Dani Cerqueira, tendrán que exhibir galones y aportar su granito de arena en el vestuario, arropando a los numerosos jóvenes que este año conforman la plantilla del Frigoríficos. “Los abuelos tendremos que ayudarles para que se adapten. Nuestra labor será hacer un grupo que se lleve bien. No habrá problema”, asegura.