A sus 73 años el exfutbolista y exentrenador Joaquín Cabral Lemos, vecino de Cangas y conocido por sus seres queridos como "Cabral", puede presumir de haber dejado huella en decenas y decenas de pupilos a los que recogía para acudir a los entrenamientos e instruía en las técnicas propias del balompié. Este sábado Cabral recibirá un homenaje que se resistió más de lo previsto pero que algunos de sus exjugadores entienden que "no se puede aplazar más, porque está bien de salud y es el momento de que lo disfrute. Si alguien en el fútbol de la comarca merece este homenaje, ese es Cabral", apunta Óscar Prieto, uno de los que estuvieron a sus órdenes en un campo de fútbol.
"Estoy muy emocionado desde que me enteré de este homenaje. En muchos clubes por los que pasé me hicieron una despedida, pero nunca en Cangas", explica.
La trayectoria de generaciones enteras de futbolistas de toda la comarca no se puede entender sin el esfuerzo y empeño personal de Cabral. Con poco más de 20 años, a finales de los años 60, este técnico se empezó a fijar en los partidos que disputaban muchos niños de Cangas en el antiguo aterrado, entre la Alameda Vella y el mar. "Me fijé en los mejores jugadores y en los que mejor jugaban de otros pueblos de la comarca e incluso de Vigo y creamos el Larca, con el nombre de la empresa que tenía de decoración y pintura. Cuando trasladé la empresa de Vigo a Cangas fue en donde todo comenzó", rememora haciendo gala de una memoria prodigiosa.
Entonces tanto él como su mujer, Gloria González, empezaron a recoger y llevar a entrenar a los niños tanto los días de semana como para los partidos del fin de semana. "Teníamos las furgonetas de la empresa y hacíamos rutas cogiendo a los chicos en Aldán, Bueu, Moaña, Meira, Domaio e incluso a algún alumno del Colegio Hogar, de Vigo. Al principio jugábamos una pequeña liga local que casi siempre arbitraba el difunto de Lago Paganini. En la temporada 1970/1971 nació una liga para jóvenes de hasta 12 años, ya de fútbol 11, en el campo de Massó", recuerda. Entonces contaba con dos plantillas del Larca, la pequeña jugaba en el aterrado y la más mayor en Massó. "No estábamos federados, pero en esa liga empezaron a competir equipos como el Lord Byron o los jóvenes del Bahía de Aldán", indica.
Mientras proseguía con su carrera de portero, en donde jugó en el Bahía, en el Alondras e incluso en el Perbes "cuando estaba haciendo el servicio militar en Ferrol", su trayectoria como entrenador seguía dando pasos de gigante. "Rafa Graña pasó a hacerse cargo del Larca y yo entrené primero al Cangués juvenil y después pasé al Alondras juvenil. Creo que fue en 1980 cuando conseguimos el primer ascenso a Nacional en donde nos medimos a equipos como el Dépor o el Ferrol. Quedamos cuartos el primer año en esa categoría. Fue sin duda la mejor etapa como entrenador. El éxito estuvo en que los jugadores procedían de la liga local y estábamos todos muy unidos. Todos los días estábamos juntos", rememora.
Después pasó por el Bueu, en donde ascendió a Primera Regional y permaneció dos temporadas. "En algunos años como entrenador sufrimos para mantenernos en alguna categoría, pero nunca llegué a sufrir un descenso", apunta. En la temporada 85/86 entrenó al Ponteareas, "con el que teníamos un equipo muy competitivo y estuvimos líderes hasta el último tramo, cuando se metió la política por el medio y nos quedamos sin ascenso", lamenta. Antonio Belloso lo llamó para dirigir de nuevo al Alondras juvenil. "Llevaba dos años intentando regresar a Nacional. Lo conseguimos en el año 87. En aquel equipo había grandes jugadores como Mosquera o Lito, que llegaron al Celta". En Nacional jugaron contra los filiales del Real Madrid, el Valladolid o el Atlético de Madrid. "Nos medimos a jugadores que acabarían triunfando como Hierro o Míchel. El Madrid en Cangas nos metió 4 goles, pero allí nos ganaron solo 2-1 y sufrieron".
Desde aquella etapa entrenó a la primera plantilla del Alondras durante media temporada y a otros equipos como el Cruceiro o el Vilaboa. Organizó también la estructura de cantera del Domaio. Hace ya unos 15 años que se alejó de los banquillos.
