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Ironman

Licenciados en Ironman

Guillermo Sotelo compite este mes en Niza y Tito Otero lo hará en Cork - Entre ambos acumulan casi una veintena de pruebas

Tito Otero y Guillermo Sotelo en la playa de Rodeira. // Gonzalo Núñez

"Tito me avisó de que debía tener cuidado, porque haces el primero y luego ya no eres capaz de parar". Ha pasado una década desde esa advertencia de Tito Otero a Guillermo Sotelo, tiempo suficiente como para que el cangués haya acumulado en sus piernas siete Ironman (prueba que suma 3,8 kilómetros de natación, 180 en bicicleta y 42 kilómetros de carrera): Niza, Lanzarote en dos ocasiones, Roth, Frankfurt y Maastricht, además de Vitoria, donde abandonó, haciendo realidad aquel presagio. "Si te gusta el deporte es normal ir a una de estas carreras, que prueba tu espíritu de superación. La acabas y a la semana ya piensas en ir a otra y hacerlo más rápido", admite Sotelo, que regresará a Niza el día 30.

En esta década Sotelo, de 46 años, ha comprobado que "no tiene nada que ver con ser un superhombre. Una persona que haga deporte y se prepare a conciencia lo puede hacer. Antes pensaba diferente, pero una vez lo haces es más sencillo".

Otero, de 62, se confiesa un yonki de este tipo de pruebas. "Yo necesito hacer una al año. El maratón se me queda cortísimo y solo lo utilizo de entrenamiento", admite. En su currículum hay una docena de Ironman (Roth, Klagenfurt, Zurich, Niza, Frankfurt, Venecia, Vitoria y Lanzarote, repitiendo alguno de ellos) y ahora sumará la de Cork (Irlanda). La experiencia es, desde luego, un grado. "Antes las preparaba un año, ahora, como me conozco, lo hago desde enero", dice. Eso sí, en este tiempo acumula una carga importante de trabajo físico. "He hecho dos maratones y una media maratón, que quizás es mucho, y desde octubre acumulo 2.000 kilómetros de bicicleta, 1.500 corriendo y 150 de natación", afirma. La jubilación le ha abierto las puertas a una de sus grandes pasiones. "Tengo más tiempo y entreno todos los días. De hecho ahora tengo mejores tiempos que hace seis o siete años", dice. Y asegura que "la preparación previa para mí está chupada porque me encanta hacer deporte y no supone esfuerzo".

El tiempo, o la ausencia de él, es, en cambio, el hándicap de Guillermo Sotelo, el que lo ha llevado a alternar sus participaciones en el Ironman. Ahora, para la cita de Niza lleva acumulados desde septiembre 4.000 kilómetros de bicicleta, 1.100 de carrera y unos 160 de natación. "La preparación se hace larga y dura, para que luego el día de la prueba las diez horas que empleas te pasan volando. Y que no te pase nada, que no tengas un pinchazo o algún percance", afirma. Él disfruta de esos entrenamientos, "de compartir ese proceso con amigos, de todo ese camino".

En Niza tiene claros sus objetivos. "Superar al Guillermo Sotelo de 36 años, mejorar la marca, y estoy preparado para ganarme", señala, y añade que "hay 2.800 participantes, de todas las edades, y salvo a los 20 primeros, los profesionales, al resto no nos importa la general". Ese 95 por ciento del grupo "compite contra sí mismo". También lo hace Tito Otero, aunque en su caso no piensa en marcas determinadas. "En Irlanda quiero acabar y después hacer las 13 horas que más o menos estoy haciendo en estas pruebas", afirma. Para lograrlo hay que echar mano del físico, pero, sobre todo, de la fortaleza mental. "Es importantísima porque durante la prueba hay altibajos y tienes que superarlos. Lo peor es entre los kilómetros 20 y 35 de la maratón. Hay que saber regular el esfuerzo", admite.

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