Guardés y Porriño fueron los primeros clubes de la carrera deportiva de una Irene Vilaboa que convirtió Bueu en su casa. Cogió al equipo en Primera Autonómica y, a pesar de las limitaciones económicas, lo ha asentado como uno de los equipos clásicos de la Primera Nacional.
- ¿Cuáles han sido las razones que la han movido a tomar la decisión de no continuar en el Bueu Atlético?
- Creo que en mi trabajo he crecido ya todo lo que se podía en este club. Ha llegado un momento en el que mi tema laboral [ha abierto una segunda empresa, dedicada a los servicios, que se une a la que ya tenía de organización de eventos y búsqueda de patrocinios] y la necesidad de buscar nuevos proyectos deportivos me han empujado a decidir marcharme. El Bueu siempre fue un equipo que me motivó, a crear un estilo distinto por el perfil de jugadores que teníamos, y que me ha dado la posibilidad de trabajar con gente de la cantera. Y creo que hemos competido bien.
- En cierto modo puede decirse que con las posibilidades actuales el equipo ha tocado techo.
- Es cierto que este equipo ya demanda un determinado perfil de jugador para poder dar un paso adelante dentro de las dificultades de la Liga. Y eso demanda que haya una inversión.
- Con las buenas campañas que ha hecho no le faltarán ofertas.
- Como cualquier entrenador tengo ofertas, como siempre he tenido. Mi intención no es dejar de entrenar, pero ahora mismo necesito respirar un poco porque mi parcela laboral no me deja demasiado tiempo. Aún he de estudiar todas las posibilidades.
- Puede decirse que en estos años ha dotado al Bueu Atlético de un estilo propio.
- Sí, era necesario porque teníamos un perfil muy determinado de jugadores, pequeños y de poco peso. Era complicado competir de tú a tú así que hemos tenido que mover rápidamente el balón y nosotros mismos. Así creo que les hemos competido los puntos a todo el mundo y por eso aplaudo a mis jugadores a pesar de estar en inferioridad física.
- Se ha volcado con la cantera, repartiendo minutos sin ver el carné de identidad.
- Es algo que había hecho en Porriño y Guardés. Yo no elijo a los jugadores por la nacionalidad, el nombre o la edad. Aquí hay materia prima, buenos jugadores, y mirar hacia la cantera no me ha supuesto ningún esfuerzo, es algo que me gusta.
- Aún sin conocer su destino y sin saber si será la Primera Nacional, ¿ha pensado en lo extraño que le resultará volver a Bueu y sentarse en el otro banquillo?
- Es que Bueu es mi casa. Lo de venir a jugar con otro equipo es algo que tengo asumido desde que soy entrenadora. Bueu seguirá siendo una parte importante de mi vida, aunque enfrentarme al Bueu también será especial.
- ¿Con qué se queda de estos nueve años en el Bueu Atlético?
- Con la ilusión y la motivación que me daban entrenar a este equipo, a pesar de haber tenido ofertas sobre el papel mucho mejores. Aquí nunca me ha faltado la motivación. Me quedo con el esfuerzo de la gente viniendo de la nada [la Primera Autonómica] y querer crecer, querer luchar. Cada día de trabajo en Bueu ha sido como el primer día en cualquier sitio a pesar de que hubo temporadas complicadas. Ha habido mucho bueno.
