“Somos un amuleto para cualquier equipo, pero tenemos que ir en un pack”, bromea Pardavila cuando se le recuerda que junto a Jesús acumula ya tres fases de ascenso de forma consecutiva, una gesta que valora especialmente “porque muy pocos afortunados pueden jugar una promoción, y encima hacer tres seguidas ya es increíble. Además, dos con el Alondras consecutivas, que es algo que no había pasado nunca”. Jesús, por su parte, echa la vista atrás y asegura que “para conseguirlo hace falta un cúmulo de cosas. Las cuatro veces que las jugué [la otra fue con el Racing de Ferrol] hubo algo de suerte, pero, sobre todo, había un buen equipo y un buen grupo”. Y a nivel personal añade que, a sus 33 años, “mantengo la misma ilusión por ganar que cuando empecé. Ese es mi secreto”.

El éxito se saborea más tras una temporada complicada, en la que los cangueses solo ganaron uno de los ocho primeros partidos. “Cuanto más te cuesta más lo disfrutas y este año fue difícil por el mal inicio de temporada”, señala el defensa, una afirmación que completa el extremo/carrilero zurdo. “El año pasado nuestro entrenador consiguió hacer una piña, competitividad sin perder el compañerismo. Pero este año tuvimos muchas lesiones al principio y nos vimos abajo. Pensábamos que era ya lo que suele pasar, que un año estás arriba y otro abajo”, apunta Pardavila, que destaca el papel de Antonio Fernández en esos momentos. “El míster nos decía que estuviéramos tranquilos, que esto era muy largo y que iríamos para arriba”, subraya. Jesús achaca ese deficiente arranque al cansancio, “porque tras jugar el playoff tuvimos poco tiempo de descanso”. Y apunta de modo claro la clave de todo: “Incluso en los momentos más complicados seguimos creyendo, no perdimos la esperanza de poder hacer algo bonito, aunque es cierto que costó más de lo normal”.

Para Pardavila las dificultades del año “nos han servido de lección. No por haber hecho una temporada buena te van a regalar algo al año siguiente, más bien al contrario, porque fuiste el equipo tapado y ahora todos se motivan para ganarte”. El final de Liga lo tiene grabado. “Nada más acabar el partido contra el Bergantiños nos fuimos todos de cena en Cangas. Fue como un premio tras haber estado todo el año peleando”. Eso sí, tanto él como Jesús manifiestan que “firmaríamos todos los años estar esas diez primeras jornadas abajo y luego clasificarnos en la última”. (La historia completa, mañana en la edición impresa de Faro de Vigo)