El Frigoríficos retorna a sus orígenes. Si el ataque centró los esfuerzos del conjunto cangués en las primeras semanas de la minipretemporada de enero, en estos días el entrenador de los de O Morrazo, Magí Serra, ha desplegado su pizarra para focalizar los entrenamientos en las acciones defensivas de los suyos. Las sesiones preparatorias están orientadas en mejorar el rendimiento de un 6.0 en el que hombres como el capitán Dani Cerqueira o el especialista argentino Franco Gavidia tienen una capital importancia. "Es el sistema en el que nos encontramos cómodos y el que nos está dando resultado además, dejando a varios equipos en muy pocos goles", explica el preparador catalán.

Sin embargo, el técnico no olvida el 5.1 como alternativa, tal y como pudo verse en alguno de los amistosos de las últimas semanas. "Es una de las cuestiones que queremos tener controladas, porque a veces nos puede servir de revulsivo en algún partido y nos permite dar un cambio", afirma. Las opciones que maneja Serra para la posición de avanzado son variadas, y van desde el sentido táctico de Rubén a la pillería de Cancio pasando por la movilidad de Aranda.

Otra de las cuestiones a las que se ha pasado revista es el contragolpe, siempre y cuando esta opción no suponga caer en la precipitación. "El 5.1 te da mayor salida al contraataque, pero lo primordial es realizar un buen trabajo defensivo para poder tener balones", señala. Y es que tradicionalmente la fortaleza defensiva del Frigoríficos no se ha traducido siempre en réditos inmediatos a través del contragolpe, como sí sucede con otros equipos de la Asobal.

Serra se muestra satisfecho por el trabajo desarrollado por sus hombres hasta la fecha. La pretemporada ha servido para poner a todo el mundo a punto, pero especialmente a jugadores que no acabaron bien 2018, como es el caso de David Iglesias y Moisés Simes, cuyas lesiones les impidieron luego alcanzar el nivel de juego deseado. "Están muy bien, como el resto del equipo, y eso es positivo porque son dos jugadores que tendrán mucha participación en el equipo", asegura.

La principal preocupación radica en el estado físico de Suso Soliño, que trabaja al margen del grupo por unos problemas en el hombro y en la rodilla. El veteranísimo extremo cangués tiene tocado el tendón supraespinoso del hombro izquierdo, con una lesión degenerativa, y también la rodilla derecha con una calcificación en el tendón del cuádriceps. Soliño trabaja con los fisioterapeutas del club, Xoel Hermelo y Serxio Lemos, para tratar de avanzar en su recuperación, si bien no está previsto que esta semana pueda reintegrarse con sus compañeros.

"Hasta la próxima semana no estará con nosotros, y habrá que ver si puede entonces o no", afirma Magí Serra. La tipología de las dolencias, producto de la dilatada trayectoria deportiva del segunda línea zurdo, hacen complicado conocer el momento de su reaparición. Mientras, el preparador catalán deberá recurrir a Menduiña y a Aranda para cubrir la posición de extremo derecho.

Los cangueses disputarán mañana en Bueu ante el Bueu Atlético el último de sus encuentros de preparación.