El Alondras suma su segunda victoria de la temporada, la primera en su feudo, con poca brillantez y bastante sufrimiento, ante un Boiro que fue de menos a más durante los noventa minutos.

El partido comenzaba con dos conjuntos taneándose e intentando no ceder ocasiones a su oponente. Ese hecho quedó reflejado en que a excepción de los dos goles en la primera mitad, no hubo tiros entre los tres palos. Más control por parte local en el primer tiempo, pero sin pegada ni sensación de peligro. Corrían los minutos y ninguna noticia en ataque por parte de los dos conjuntos. Antes de llegar al descanso, el Alondras sacó provecho a dos acciones a balón parado, aprovechando la debilidad e inseguridad del guardameta Rodri, en balones aereos. De esa forma, Abel abría el marcador, al cabecear solo en el área. Un minutos antes enfilar el túnel de vestuarios, jugada muy similar al primero tanto de la tarde. Jonás, también de cabeza, enviaba a la red una falta lateral botada por Yahvé. Lo mejor para los morracenses hasta ese instante, el resultado.

La segunda mitad, sería más para el Boiro, que aprovechaba la relajación local, para hacerse con el dominio de la pelota y comenzar a dar sensaciones de peligro. No se había cumplido el cuarto de hora de la reanudación y Changui, culminaba una gran jugada colectiva de los visitantes. Nervios y pasito atrás del Alondras, que no quería desaprovechar la ocasión de llevarse los tres puntos. El Boiro se empezó a encontrar más cómodo con el balón en los pies, mientras los locales, tiraban de contras para llevar peligro y poder sentenciar. En una de esas, Champi enviaba el balón al palo con un zurdazo desde fuera del área. Lo seguía intentado el cuadro boirense, que conforme se acercaba el pitido final, iba arriesgando más y dejando espacios para correr a su rival. Rondaban el área alondrista, pero sin llegar a tener remates con claridad.