Ayer Martín Riobó cambió la moto de trial por una furgoneta pick up. A bordo de la parte trasera del automóvil y bien escoltado por moteros y la Policía Local se dirigió desde la rotonda de A Rúa hasta el Concello de Cangas. Allí le esperaban para brindarle un más que merecido homenaje: el joven piloto de Aldán acaba de conseguir en su primera participación en el Campeonato de Europa la corona continental en 125. Toda una hazaña ante pilotos de más edad y con más experiencia. El debut soñado.

Ayer tocaba el turno de recibir el más que merecido homenaje. El Concello de Cangas le preparó una recepción oficial como reconocimiento al gran éxito cosechado este fin de semana. Riobó tuvo la oportunidad de firmar en el libro de honor del ayuntamiento, donde dejó plasmado su "orgullo" de ser de Cangas y mostró su deseo de seguir cosechando más éxitos con los que dar a conocer el nombre de Cangas y Aldán en el resto del mundo. En la recepción estaban miembros de los diferentes grupos de la corporación y la alcaldesa accidental, Mercedes Giráldez, solo le puso una pequeña condición a la hora de firmar: tenía que dejar un espacio en blanco para dentro de un mes, cuando regrese de disputar la última prueba del mundial. Desde la corporación canguesa están convencidos de que el piloto aún no ha dicho su última palabra en esta competición y confían en que pueda regresar con un nuevo triunfo bajo el brazo.

Martín Riobó se mostró agradecido por el apoyo y cariño recibido y tuvo palabras de agradecimiento para las personas que le rodean, en especial a su tío y entrenador Mauro Hermelo. Debido a un problema de salud tuvo que regresar antes de tiempo a España y este fin de semana no pudo estar con él en Bélgica, donde se disputaba la última prueba del Campeonato de Europa. Una ausencia que el joven pilotó notó mucho.

Los gestos de reconocimiento recibidos ayer son un estímulo má para intentar la segunda hazaña: conquistar el mundial en su categoría en el mismo año de su debut. Resta tan solo una prueba, que será dentro de un mes en la localidad italiana de Trento. Allí tendrá que intentar recortar la diferencia que le saca el británico Billy Green. Difícil, pero no imposible.

De hecho, después de la recepción en la Alcaldía, el saludo desde el balcón del Concello de Cangas y el posterior baño de abrazos, fotos y selfies en la plaza del consistorio toca volver al trabajo. Hoy por la mañana aún tendrá algunos compromisos derivados de su gran éxito de este fin de semana, pero "por la tarde hay que volver a entrenar", decía su tío Mauro.

Un mundial bien vale ese esfuerzo.