Un salto de calidad para poder competir en una categoría que será más exigente el año próximo. Es lo que quiere dar Antonio Fernández después de haber rubricado su renovación con el Alondras por una temporada más, después de haber deshojado la margarita y de haber desechado otras propuestas de fuera de Galicia. "No se pudo dar el salto de categoría, que era lo que a mí me podía interesar y aunque había proyectos económicamente más importantes, también había mayor incertidumbre", señala el técnico ourensano, antes de añadir que "en Cangas me valoran en todos los aspectos y están haciendo un esfuerzo para que me quede. Estoy muy a gusto trabajando, me respetan y eso es importante".

Fernández cumplirá, pues, su segunda campaña consecutiva en el Alondras tras una carrera meteórica que lo llevó a acabar sexto con el Vilalonga en su primer año, a ascenderlo con récord de puntos en el siguiente, y a conseguir la permanencia en Tercera en su siguiente experiencia. El hecho de haber marcado un listón muy alto en su primer año en Cangas era una de las razones que más le hicieron meditar acerca de su continuidad. "Soy consciente de que hemos hecho una temporada que quedará para siempre en la historia, pero hay que ser valientes y todos sabemos lo que nos espera", afirma. La fórmula no diferirá ni un ápice de la que llevó a los rojiblancos a disputar la fase de ascenso. "Con trabajo e ilusión hemos alcanzado cosas y ese es el espejo en el que tenemos que vernos reflejados", dice. Y apunta asimismo que "hay que conseguir hacer un equipo, un gran vestuario, porque fíjate hacia dónde nos ha llevado".

El entrenador ourensano afirma que el objetivo "no debe ser otro que el de estar tranquilo", una idea que dice compartir con la directiva rojiblanca. "Todos sabemos las dificultades que entrañará la próxima temporada, con los descensos y ascensos que ha habido", afirma. Y es que a la pléyade habitual de aspirantes a los puestos de privilegio, como Arosa, Bergantiños, Somozas y Barco, con permiso del Boiro o del Choco, se unirán Villalbés y Compostela si no consiguen el ascenso, además de Ferrol y Cerceda (caídos de Segunda B), y los potentes recién ascendidos, el Lugo B y la UD Ourense. "Todos sabemos de nuestras virtudes, pero también de nuestras limitaciones, y no debemos fijarnos metas a las que no se pueda llegar", afirma.

Ante este panorama, en su planificación del Alondras 2018-2019 una idea está clara, la de "intentar traer a tres o cuatro futbolistas que puedan dar un salto de calidad a la plantilla". Se trataría de jugadores contrastados en la categoría, con experiencia en Tercera, dejando algo más de lado las arriesgadas -aunque exitosas- apuestas de este pasado año, con jugadores jóvenes y sin minutos en Tercera División. Eso sí, estos fichajes no suponen mirar hacia arriba en la tabla clasificatoria. "No aspiramos a nada más por traerlos, sino solo a intentar evitar problemas en una categoría que será supercompetitiva", afirma. "La que se avecina es importante y hay que estar preparados", sentencia.