El Frigoríficos del Morrazo es de Asobal. El conjunto cangués ha certificado un nuevo milagro para añadir a su ya prolífica historia y acaricia la permanencia después de haber sumado 11 de los últimos 14 puntos. Tan solo una auténtica hecatombe impediría a los de Magí Serra disfrutar de una salvación que se han ganado a pulso cuando prácticamente nadie daría un solo euro por ellos. Con el Puerto Sagunto ya eliminado, a los de O Morrazo les basta con sumar un punto ante Huesca y Puente Genil o bien que el MMT Seguros Zamora no haga un pleno en los tres encuentros que le restan (Granollers, Guadalajara y Anaitasuna).

Los cangueses derrotaron ayer por 28-20 a uno de sus máximos rivales en la lucha por evitar el descenso, el Puerto Sagunto, en un extraordinario encuentro que no hizo sino plasmar en el parqué las señas de identidad que Magí Serra ha imprimido a este equipo: una defensa que roza la perfección, un Diego Moyano al que el balonmano no puede dejar retirarse de nuevo y un ataque cada vez más regular y con mayor amplitud de recursos. Si a esto se le añade un pabellón de O Gatañal que lució como en las mejores citas y que no paró de jalear a los suyos desde el calentamiento, el cóctel perfecto estaba servido.

Arrancó el Cangas con fuerza, con un par de buenas acciones defensivas que le permitieron anotar un parcial de 4-1 y manejar el encuentro a partir de entonces con comodidad. Si la defensa está acaparando los titulares, en esta ocasión fue el juego ofensivo de los cangueses el que lució. Chapela dirigió a la perfección, Potic tuvo criterio y Muratovic impartió un máster de balonmano, con Dani Cerqueira reinando como nunca en la línea de seis metros. Los locales mantenían rentas de entre dos y cuatro goles a pesar de haber sufrido dos exclusiones casi consecutivas frente a un cuadro levantino que no perdió la cara, explotando especialmente a su pivote Prendes. Al descanso, el marcador reflejaba un 15-12 para los de O Morrazo.

El Cangas perdió efectividad ofensiva en el arranque del segundo tiempo y el conjunto de Sergio Berrios fue capaz de dar la vuelta al marcador a pesar del tiempo muerto del técnico local (16-17, minuto 40). El público reaccionó de inmediato, incrementando decibelios y coreando el "Cangas, Cangas", y el equipo fue a la par, recuperando el mando con tantos de Ángel Rodríguez y Chapela. La mala noticia fue la lesión del central pontevedrés en esa jugada, tras recibir una fuerte entrada de Querín y caer mal. Todo hacer prever una luxación o incluso una fractura en una de sus manos.

Sin Chapela y sin Rubén -que no jugó por culpa de un esguince de tobillo- Vujovic ejerció de director de juego y asumió la responsabilidad, liderando el vendaval de juego de un Frigoríficos que rompió el electrónico (23-18, minuto 48) mientras en las gradas se cantaba la Rianxeira. Poco importaron también los problemas físicos de Gavidia, que aguantó hasta el final. Vujovic puso el 24-18 (minuto 51) y el Cangas comenzó a pensar en el golaverage (había perdido 31-26 en el partido de la primera vuelta).

Pero entonces aparecieron los nervios y el choque devino en un correcalles que sirvió a los visitantes para recortar distancias (24-20, minuto 57). Y entonces se desató una nueva tormenta canguesa con un parcial de 4-0 gestado desde la defensa. Vujovic, Cerqueira y Menduiña en dos ocasiones firmaron la goleada ante un Puerto Sagunto que pierde la categoría. La permanencia, aunque aún no es matemática, sí es real y O Gatañal lo festejó como tal.