El Frigoríficos del Morrazo sumó un valioso empate ante el Anaitasuna (25-25) que le permite abandonar las posiciones de descenso después de cuatro meses y que lo refuerza anímicamente de cara a la recta final de temporada. Los cangueses se confirman como el equivalente balonmanístico del Ave Fénix, y resurgen de sus cenizas tras sumar en los últimos cinco partidos más puntos (7) que en los veinte anteriores (6). Queda un largo y proceloso camino por recorrer, pero las sensaciones que ofrece el equipo invitan a un optimismo absolutamente impensable hace mes y medio.

Fue un punto agridulce, porque lo cierto es que al Cangas la victoria se le escurrió entre los dedos. Tuvo posesión a menos de un minuto para el final cuando iba ganando (25-24), pero Moisés perdió el balón y en la acción posterior el Anaitasuna se vio favorecido por un penalti dudoso a falta de diez segundos. Los árbitros no detuvieron el tiempo hasta que solo quedaron tres y Chocarro no perdonó la igualada. Sin embargo, los rostros de las 1.800 gargantas que ayer se dieron cita en O Gatañal no reflejaban decepción, sino felicidad. Casi todos hubiesen firmado el punto antes de empezar el choque. Y la imagen que ofreció un Cangas que parece resucitado de entre los muertos arranca de cuajo cualquier atisbo de amargura.

El guión del arranque del partido fue el esperado, con un Frigoríficos en tromba que marcó distancias (4-1) gracias a su intensidad defensiva y al acierto en el lanzamiento. Reaccionaron los visitantes con sus armas, contragolpe y saque rápido de centro para equilibrar el marcador (5-5, minuto 10). Magí Serra pidió tiempo y reorganizó filas, pero el Anaitasuna tomó el mando a base de velocidad y de explotar las circulaciones de sus extremos a doble pivote (8-11, minuto 20). El Cangas se atascó en ataque, algo a lo que contribuyó bajo palos Nordlander, y solo se soltó con Rubén como central y Chapela bombardeando desde el lateral derecho (12-13, minuto 35, con tiempo de Apezetxea). Los cangueses estaban lanzados y se fueron al descanso con ventaja en el electrónico (15-14).

La salida del segundo tiempo fue igualmente buena para irse (20-17, minuto 36) si bien el Anaitasuna hizo la goma (20-20, minuto 40). Gota a gota El Cangas iba llenando el vaso (24-22, minuto 51), pero desperdiciaba las superioridades para abrir hueco. Nantes asumía la responsabilidad en los visitantes y volvía a poner las tablas en el marcador (24-24, minuto 58). Muratovic recuperó un balón de oro para poner el 25-24 y el Anaitasuna perdió el balón a falta de un minuto. Con presión visitante a toda pista Moisés perdió el balón y regaló la opción de empatar a los navarros, que encontraron a Ugarte y un siete metros. Chocarro no falló, pero el Frigoríficos está cada vez más vivo.