"Quizás desde fuera no se vea así, pero yo que estoy dentro sé que la salvación de este equipo ha sido muy meritoria". El entrenador del Alondras Juvenil, José Antonio Rodríguez, así lo manifiesta después de haber comandado al equipo rojiblanco en el hito de conseguir continuar una campaña más entre las mejores escuadras juveniles del país. Los cangueses certificaron su permanencia en la última jornada en un año con muchos altibajos.

"Hemos mostrado regularidad para que al menos hubiera cuatro equipos peores que nosotros", afirma el técnico, que apunta a la solvencia en los enfrentamientos directos como la clave del éxito de los suyos. Y es que en los ocho duelos disputados ante los cuatro descendidos el Alondras sumó cinco victorias y dos empates por una sola derrota. "Lo tenía muy claro. Jugamos muy bien en A Coruña y Gijón, o frente al Celta en casa, pero esos no eran nuestros partidos. Los enfrentamientos directos son los que nos han salvado", asegura. En contraposición se sitúa un Llano 2000 capaz de vencer a Oviedo y Sporting o un Areosa que le ganó los dos choques al Racing.

Rodríguez asume que el año ya no comenzó bien para los suyos. "El único jugador que teníamos que aportaba algo diferente [Lucas Lestón] se lesionó en pretemporada. Después sumamos solo un punto en las cinco primeras jornadas y tuvimos que remar toda la temporada", señala, antes de añadir que "de los equipos que estaban abajo fuimos los únicos capaces de salir". Lo cierto es que el Alondras levantó los 10 puntos de ventaja que el Llano 2000 le sacó en el inicio, superando también a un Areosa que estuvo tiempo por delante de los de O Morrazo.

Tras la remontada, el Alondras se situó en una excelente situación para certificar la salvación, pero en las últimas ocho jornadas solo pudo sumar dos puntos. "Se nos hizo muy larga la Liga. Había jugadores que en estas semanas no podían trabajar en ninguna sesión semanal por los problemas físicos", relata, algo que achaca a que "nuestros futbolistas tenían que estar a un nivel para competir que muchas veces iba más allá de lo que podían aguantar". Y lo resume en una frase "que me dijo otro entrenador. La División de Honor Juvenil es la categoría más desigual del fútbol". Las bajas mermaron a los suyos, pero también la salida de algunos jugadores de peso, como Kukín o Manu Davila. "Hay jugadores que venían con expectativas de ser protagonistas pero al final tú debes decidir dar minutos a los que crees que están mejor o a los más adecuados para cada partido", afirma.

Sobre su futuro deportivo se muestra enigmático, aunque todo hace prever un adiós. "La directiva ya conoce mi decisión, pero todavía no se va a hacer pública", subraya.