El Frigoríficos del Morrazo vivió ayer su particular Sábado de Gloria y comienza a creer con más fuerza en la llegada del Domingo de Resurrección. El conjunto cangués se impuso al MMT Seguros Zamora (22-21) en un igualadísimo choque y se coloca a solo dos puntos de la zona de salvación. Lo hizo de forma agónica, gracias a un milagroso lanzamiento de Nikola Potic desde más de once metros que atravesó la portería de Carlos Calle mientras sonaba la bocina y O Gatañal estallaba de júbilo, rompiendo los sonómetros con una sobredosis de decibelios.

En época de procesiones, los fieles de esa religión alternativa que en Cangas es el balonmano no faltaron a una cita vital. En lugar de capuchones, camisetas del Frigoríficos; en lugar de cirios, bombos y palmas; y en lugar de recogimiento y reflexión, pasión para llevar a los suyos en volandas. Así, O Gatañal registró una de las mejores entradas de la temporada, con 1.800 almas empujando hacia la esperanza. Comenzaron mejor, en cambio, los visitantes, con un Octavio magistral al frente de las operaciones y aprovechando que la suerte en esos momentos le era propicia (3-6, minuto 14). Los locales, en la tónica de todo el encuentro, estaban tremendamente desacertados a nivel ofensivo, con numerosos errores en situaciones muy claras de lanzamiento. Y Carlos Calle eclipsaba a un Moyano que rendía a alto nivel.

Una exclusión de Prieto invirtió la tendencia (4-6, minuto 15). El Cangas pasó a dominar el ritmo de juego, a ofrecer las mejores sensaciones, si bien la traducción al marcador se hizo de rogar un poco más. Edu García lo vio y trató de detenerlo con un tiempo muerto (7-8, minuto 23) pero no fue capaz (9-8, minuto 26). Tan solo el desacierto de cara a portería impidió a los locales irse al descanso con ventaja en el marcador. El empate (10-10) no hacía justicia a lo visto en el parqué.

En la reanudación los dos equipos rivalizaban en un carrusel de errores. Si el Cangas perdonaba en los seis metros, el Zamora lo hacía en los lanzamientos a portería vacía (hasta tres en todo el choque). Potic y Chapela amenazaron con romper el partido (16-14, minuto 43, con tiempo del técnico visitante). Pero cuando el Frigoríficos parecía tener todo a su favor, se mostró incapaz de gestionar su renta. Volvió a estrellarse contra Calle, a perder balones, y permitió al Zamora dar la vuelta al electrónico al contragolpe (16-17, minuto 48).

Magí Serra pidió tiempo muerto para frenar el desconcierto de los suyos y modificó la primera línea. Un par de buenas acciones individuales de Rubén y de David Iglesias regalaron otra renta de dos goles a un equipo que, sobre todo, vivía de un extraordinario rendimiento a nivel defensivo, apoyado en todo momento por el veterano Moyano. Pero apareció Octavio y sus armados de brazo en distancias intermedias para devolver las tablas. Calle acertó, ahora sí, desde su portería, y dio ventaja de nuevo a los castellanos (19-20, minuto 55). Con igualdad se entró en el último minuto (21-21). El Cangas ejecutó una acción ensayada de forma lamentable y regaló el último balón. Pero el Zamora cometió pasos. En un ataque desbocado el balón llegó a Nikola Potic, que lanzó prácticamente desde su Belgrado natal para dar oxígeno a los suyos. La permanencia aún es posible.