O Gatañal ni perdona ni olvida. Su existencia está marcada a sangre y fuego por múltiples experiencias, por cicatrices indelebles cuya simple mención altera la epidermis y se adentra en lo más profundo. Ayer recibió el mejor de los bálsamos para sanar una de las más recientes y presenció la brillante victoria del Frigoríficos del Morrazo ante el Logroño La Rioja (30-28). Fue un triunfo construido en base a la épica, a la fe de un equipo que se aferró al marcador con uñas dientes haciendo la goma durante 52 minutos, esperando de forma paciente su oportunidad. Y aprovechándola para sumar dos puntos de vital importancia que sirven, de paso, para destrozar una estadística que hasta entonces hablaba de doce derrotas en doce enfrentamientos con los riojanos. De paso, los cangueses se toman cumplida revancha con un conjunto cuya curiosa derrota el año pasado ante el Villa de Aranda puso en peligro, y de qué manera, la permanencia del Cangas.

El Frigoríficos pinta bien. Completada la dura transición de la campaña pasada, en esta los tiempos se han acelerado. La adaptación de los Chapela, Menduiña, Cancio y Simic no está siendo traumática y las sensaciones ofrecidas ante Ademar y Benidorm se confirmaron ayer plenamente ante un Logroño que mandaba en el electrónico, pero sin conseguir romper el choque. No lo hizo porque a pesar de los errores en ataque del Cangas, el dispositivo defensivo mostró cierta solvencia y porque Chapela asumió galones repartiendo juego y exhibiendo recursos en el lanzamiento. (3-6, minuto 14, 6-6, minuto 17). El Logroño estiraba la goma y se beneficiaba de la actuación arbitral, con decisiones tan polémicas como la indulgencia en un agarrón a Muratovic cuando se iba en contraataque y la exclusión del montenegrino en la siguiente jugada por no dejar el balón en el suelo tras serle pitada una infracción. El público, intenso y beligerante como en sus mejores días, impulsó a los suyos, que recortaban al descanso (11-13).

Chapela -que va camino de ser otro redescubrimiento de Pillo- igualó en la reanudación (13-13) y el Logroño, ante sus problemas en ataque, echó mano del saque rápido de centro. Muratovic, en plena segunda juventud, mandaba en aciones ofensivas y el Cangas no perdía la fe (19-22, 23-25) a pesar de no conseguir ponerse por delante. Y el premio llegó. Cerqueira empató con gol desde el centro del campo y Moisés daba su primera ventaja al Frigoríficos (26-25, minuto 53). El intercambio de golpes se sucedía y Jota agotaba sus tiempos muertos (29-28, minuto 58). Cerqueira, nuevamente el capitán, interceptó un balón decisivo y fue aún más determinante cuando lo transformó en gol poco después para certificar la victoria local.