La obligada reinvención del Frigoríficos del Morrazo tras el cambio de ciclo ha dejado una primera vuelta en la que la escuadra de Víctor García, "Pillo", ha ofrecido más sombras que luces. La bisoñez de muchos jugadores, la inconsistencia de la escuadra en muchos partidos y la irregularidad han sido los denominadores comunes en un equipo que suma 7 puntos y que al menos acabó con el buen sabor de boca de la victoria en Irún. Estos han sido algunos de los elementos definitorios del Cangas a lo largo de las 15 primeras jornadas.

equipo de futuro, pero bisoño. La apuesta del Frigoríficos ha sido arriesgada pero también obligada por sus apreturas económicas. La salida de Adrián, Eijo y Lamariano se ha compensado con jugadores de gran proyección pero a los que les falta experiencia. Hermones, Potic y Milosevic no llegan a los 23 años. Y el canterano Pablo Castro asume galones defensivos con apenas 20. El futuro es de ellos, el presente aún deben pelearlo.

Inconsistencia en el juego. Es una de las consecuencias de la juventud. La irregularidad ha sido la tónica de un Cangas que ha alternado buenos momentos en los partidos con instantes de total desconexión que lo han lastrado en el marcador, muchas veces de forma decisiva. Cuando el equipo estuvo serio (Benidorm, Bidasoa) los resultados llegaron.

ataque versus defensa. En esta reconstrucción en la que está inmerso el Frigoríficos, la ventaja la lleva por el momento el apartado defensivo. Sin grandes exhibiciones, los cangueses han mostrado cierta solidez con su 6.0. La pareja central Cerqueira-Castro se consolida, con Serafín como recambio en caso necesario. Ofensivamente, en cambio, a los de Pillo les ha costado mucho más. Las pérdidas de balón han hipotecado más de un encuentro. Y los porcentajes de lanzamiento han sido una montaña rusa. O han sido brillantes (Benidorm, Guadalajara, Anaitasuna) o miserables (Valladolid o Huesca, por debajo del 50 por ciento).

la portería. El Frigoríficos se acostumbró a vivir mucho el año pasado de la inspiración de Yeray Lamariano. El meta catapultó a los suyos o con grandes partidos o apareciendo en los momentos decisivos. Su calidad y, sobre todo, sus tablas, se lo permitían. Hermones aún está en formación. A su juventud hay que unir la adaptación a una Liga diferente y a jugadores desconocidos. Las pocas veces que ha aparecido ha disparado las opciones de los suyos pero debe adquirir regularidad. Salazar, bien a la sombra de Mijuskovic y Lamariano, aún no ha dado el necesario paso al frente.

el factor o gatañal. Las estadísticas hablan de que el Cangas es, al término de la primera vuelta, el peor equipo en casa. Los cinco puntos envían a la cola de este ranking a un cuadro morracense que, no obstante, no ha cometido demasiados errores como local. El único de bulto fue en la jornada inicial ante el Puerto Sagunto en una derrota apabullante. Y es que los rivales del Cangas no han sido, en su mayoría, de su Liga: Barcelona, Ademar y Granollers. Ante Anaitasuna y Benidorm se ganó y frente al Villa de Aranda se escapó un punto. En casa se ha cumplido con un calendario poco favorable para un equipo tan renovado.

debilidad a domicilio. Ganar fuera de casa es, en gran medida, más una cuestión de veteranía que puramente balonmanística. Es la mejor prueba de la madurez de un equipo. En su regreso a la Asobal el Frigoríficos solo ganó una vez a domicilio, y lo hizo en el penúltimo desplazamiento. Este año ha vivido una situación similar. Bien cayendo de forma contundente (Valladolid, Puente Genil, Huesca) o haciéndolo de forma más ajustada (Guadalajara), el Cangas no pudo sacar nada de provecho ante rivales de su Liga. En Irún se desquitó, justo cuando más lo necesitaba, cuando la situación era casi agónica. Ahí se ha marcado el camino para repetir en una segunda vuelta que dará menos opciones.