Por encima de consideraciones más tácticas o balonmanísticas, Pillo prestará especial atención al apartado anímico para que el equipo se mantenga sólido en este aspecto. "Lo importante es que no perdamos la confianza y que podamos rendir bien", señala. Pero paralelamente también quiere reforzar la efectividad de los suyos en situaciones de estrés, algo que posiblemente reflejará en los propios entrenamientos. "Podemos trabajar ejercicios para coger más seguridad, provocar situaciones de presión defensiva, de mover la bola más rápido", describe. En todo caso, asume que lo que vive su equipo "son los pecados típicos de la adolescencia. Son jugadores con una proyección terrible pero que en los momentos de dificultad todavía no saben manejarse bien".