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balonmano

Un vikingo de Cangas

Adrián Rosales triunfa y es el segundo máximo goleador del Les Vikings de Caen de la Segunda Francesa

Adrián lanza ante la defensa de Karabatic contra el PSG. // PhotoRizz

"Al principio me costó un poco, porque estás acostumbrado a jugar 12 años prácticamente con los mismos compañeros, jugando a lo mismo, y aquí todo cambia". Pocos días después de haberse enfrentado en Copa al todopoderoso PSG de Karabatic, Gensheimer y Omeyer, Adrián Rosales admite haber sufrido el lógico proceso de adaptación a una nueva vida, tanto deportiva como personal. Sin embargo, sus números -18 goles en los últimos tres encuentros- hablan de que esa etapa ya forma parte del pasado.

El segundo máximo realizador del Caen asegura que "la Proligue tiene un nivel muy alto, con equipos similares a los de la Asobal a excepción de Barcelona y Naturhouse La Rioja. Quizás es un balonmano más físico, no tan técnico, pero no noto que haya venido a una competición de menor nivel". Las diferencias también se hacen notar en la afición. "Aquí suelen venir entre 1.500 y 2.000 personas por partido, aunque ante el Cherbourg se llenó el pabellón. No es tan recogido como O Gatañal y el público es más tranquilo", señala, antes de ahondar en las peculiaridades del aficionado francés. "La relación es muy buena con ellos, se firman muchos autógrafos, al acabar los partidos damos una vuelta alrededor de la pista... Es bonito conocer otra cultura, otro modo de comportarse", apunta. Y qué mejor manera que conocerlo con un duelo de máximo rivalidad. "Para mí era una novedad, el ambiente era muy bueno y las cosas me salieron bien. La única pena fue haber sumado solamente un punto", señala en referencia al derbi de Normandía ante el Cherbourg, en el que anotó 9 dianas.

A pesar de la competencia de Mizouni y de Leo Renaud-David, el cangués es un fijo para el técnico Dragan Mihailovic. "El tunecino sale de una lesión de rodilla y también actúa como central. Y a mí me utiliza tanto en la izquierda como en la derecha. Está bien, porque hay recambios y el equipo no se resiente", dice. Y aunque en defensa juega todos los minutos, agradece "tener un descanso en ataque porque luego estás más fresco". En La Proligue ya ha tenido la oportunidad de medirse a otro ex del Frigoríficos, como Yeray Lamariano. Fue en la segunda jornada, en un Chartres-Caen que cayó del lado del portero. "Ambos hicimos un partido bastante malo porque aún estábamos adaptándonos al juego. Ellos estarán arriba por plantilla y presupuesto, y poco a poco Yeray ya está jugando más minutos y mejor". Y es que hay una buena representación de españoles en la competición, con Quique Plaza, Edu Reig, Basmalis y De la Salud, además de los dos excangueses.

Y si en lo deportivo las cosas le marchan bien, fuera de las canchas la adaptación de Adrián Rosales a la vida normanda también está siendo buena. "Estudié francés en el colegio y en el instituto y tengo 15 compañeros con los que hablar en el vestuario[risas]", señala, antes de añadir que "en el día a día me manejo bien y en el equipo es más fácil porque Leo habla español, al igual que Cakic, y otros jugadores hablan inglés".

De Caen solo tiene buenas palabras. "Me gusta mucho. Es una ciudad relativamente grande pero no agobiante. Es llana, con mucho carril bici y la gente usa mucho el transporte público. Yo vivo a cinco minutos del pabellón y a 10 andando del centro, y de hecho me muevo o bien andando o en bici", afirma. Jugar los viernes le deja los fines de semana libres, que aprovecha para hacer turismo. "He estado en Mont Saint Michel, en París, las playas de Normandía. Hay mucho que ver y la zona es muy bonita. La recomiendo". Y añade que "a pesar de los tópicos solamente ha llovido cuatro o cinco días desde que estoy aquí". Eso sí, "falta el ambiente ibérico de tomarse una cerveza a las ocho de la tarde [risas]". Es una de las cosas que echa de menos, pero las que más son "la familia, los amigos, y el ambiente del Frigoríficos. Siempre decíamos que éramos un grupo de amigos jugando en Asobal. Aquí es más profesional, aunque no tengo ninguna queja". De hecho, no se pierde un partido de su exequipo. "Todos los que televisan los veo, a ver si cogen ritmo ahora después de ganar al Benidorm. Yo les apoyo desde la distancia", sentencia el cangués.

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