Indignación. Es la palabra que mejor define el sentimiento en el Club Deportivo Moaña después del partido del jueves ante el Juvenil de Ponteareas, en el que la derrota por 1-0 fue quizás lo que menos ha dolido en el club de O Morrazo. "No he visto nada semejante. Hubo hasta cuatro penaltis descarados que no se pitaron y acabaron echándonos a seis", explica el presidente de la entidad, Cándido Blanco. Según su relato, el colegiado obvió cuatro acciones clamorosas dentro del área. "Hubo una sobre Borja, otra en la que desplazan a Richi cuando se quedaba solo y una más sobre Dieguito que también lo mandan un par de metros más allá", señala, antes de añadir que "el cuarto es en un remate de Abraham al palo y cuando va a entrar lo saca un jugador de ellos con la mano".

La polémica actuación hizo que se viviese también un carrusel de expulsiones. Si los locales se quedaron con uno menos en el minuto 49, el resto del segundo tiempo fue un suplicio para los visitantes. Así, vieron la roja el entrenador (Pereira), el preparador físico (Marcos Teixeira) y el fisioterapeuta (Miguel Lemos), además del capitán, Suso, que estaba en el banquillo. Borja fue expulsado en el descuento por doble amarilla y al concluir el choque también hubo roja a David Parcero. Pero el comportamiento del árbitro tampoco gustó demasiado fuera del terreno de juego, como denuncia Cándido Blanco. "En el descanso el presidente del Juvenil entró en el vestuario de los colegiados y estuvo allí 15 minutos. Es un escándalo. Yo no he entrado en el vestuario de un árbitro nunca", afirma el dirigente moañés.

Lo peor de la situación para Cándido Blanco es "la cara de tonto que se te queda, con la que te tienes que venir para casa". Con todo, el Moaña tendrá la oportunidad de olvidarse de este partido ya el domingo, en el encuentro que disputará ante el Candeán en el campo de O Casal.