Salvo verdadero milagro el sueño copero del Balonmán Cangas-Frigoríficos del Morrazo se ha esfumado. El conjunto cangués perdió de manera contundente ante el Helvetia Anaitasuna en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey. El resultado final de 35-24, con once goles de desventaja, se antoja como una losa demasiado pesada de levantar. Incluso para una afición tan entregada y animosa como la de O Gatañal.

Al Cangas le salió el partido más flojo de la temporada quizás en el momento menos oportuno. Todo a pesar de que la plantilla afrontaba con ilusión la posibilidad de culminar una campaña histórica con la clasificación para la "Final a 4" de la Copa del Rey. El arranque del partido de ayer en Pamplona parecía confirmar los pronósticos de una eliminatoria muy igualada. Los navarros, pese a estar inmersos también en la Copa EHF,mandaban en el electrónico. Eran ventajas muy cortas gracias a las intervenciones de mérito de Yeray Lamariano. Esa igualdad se mantuvo durante los primeros 20 minutos de encuentro, hasta que el marcador reflejaba un parcial de 9-8.

La eliminatoria se le empezó a escapar al Cangas en esos diez minutos previos al descanso, un periodo en el que encajó un parcial de 6-2 para llegar al intermedio con un 15-10 en el electrónico. Ese bloqueo ofensivo del conjunto de Víctor García "Pillo" lo supo aprovechar el Anaitasuna. Los navarros lograron despegarse del Cangas gracias a la buena actuación en portería de Sergey Hernández y al acierto de Carlos Chocarro, con un espectacular seis de seis.

La segunda mitad no arrancó mejor para los de O Morrazo, que además contaban con el lastre de una exclusión a Dani Cerqueira en los instantes previos al descanso. Así, el Anaitasuna enseguida alcanzó los siete goles de renta (17-10, min.34). En esta ocasión fueron Nadoveza y Ugarte los que tomaron el relevo en ataque a Carlos Chocarro, que además tuvo que retirarse lesionado. El Cangas se mantenía en el encuentro gracias a las intervenciones de Lamariano y a los goles de Adrián y Muratovic.

Con esa desventaja de siete goles el Frigoríficos echó el resto y, prácticamente a la desesperada, Pillo ordenó una defensa abierta para intentar bajar esa renta. Pero el efecto fue el contrario. Ayer el Anaitasuna se encontraba en estado de gracia y dio la puntilla definitiva al partido y, muy probablmente a la eliminatoria, al conseguir un resultado final de 35-24.