- Desde fuera da la sensación de que es un deporte peligroso. ¿Es así?
- Yo creo que no lo es. La gente piensa que es peligroso porque en las curvas te pones casi boca abajo, pero no se dan cuenta de que es por la fuerza cinética, que tira de ti hacia arriba. No hay un riesgo alto de caída. Tienes que hacerlo muy mal para caer. Nunca tuve una lesión grave.
- ¿Qué velocidad alcanzó en esta prueba?
- El viernes, en el último entrenamiento oficial, cogí 124 kilómetros por hora de velocidad punta.
- ¿En qué se piensa a esa velocidad y sin ninguna protección?
- En nada. No se pasa miedo. Me centro en la pista. En coger las curvas. No soy consciente de la velocidad que cojo hasta que acabo la prueba.
- ¿Tiene en mente probar otros deportes de invierno?
- Sobre todo el skeleton, que es similar. Pero la técnica es muy distinta. Son deportes diferentes. En bobsleigh es técnica de manos y en el skeleton es técnica de hombros creo. También me gustaría probar el hockey sobre hielo o los saltos de esquí.
- La pista de Lillehammer no es desconocida para usted. ¿Qué tal se le da?
- Si me convocan, sería la tercera vez que compito allí. Tiene 16 curvas y un par de ellas se me complican bastante. Yo soy bastante rápido pilotando. Pierdo segundos en la salida y la velocidad punta por falta de cuerpo.
