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automovilismo - Campeonato Gallego de Montaña

Un moañés en la cima

Isaac Rodríguez Barcia ha conseguido el título gallego de montaña en el grupo N - Su regularidad al asistir a las seis pruebas del circuito le dio una clara victoria

Isaac Rodríguesz Barcia, con el vehículo con el que logró el Campeonato Gallego. // Gonzalo Núñez

Con solo 38 años de edad acumula ya una notable experiencia a sus espaldas, desde que en 1999 comenzó a sentirse atraído por el mundo del motor y a competir en rallies y subidas. En aquella época hacía sus pinitos con un Opel Corsa y corría cuando sus obligaciones laborales se lo permitían, un hecho que lo mantendría apartado de las carreteras algunos años de forma intermitente. Desde 2008 regresó con fuerza, primero con su antiguo coche, y después con un Clío, y los frutos de su esfuerzo han surgido este año con el título autonómico de Automovilismo de Montaña. Un campeonato logrado gracias al planteamiento que hizo a principios de temporada, apostando por ir al máximo de carreras posibles.

"El presupuesto era limitado y preferimos ir a todas las pruebas en lugar de invertir más dinero en las mejoras del coche", explica Isaac Rodríguez Barcia, que apunta que existían mejores vehículos en la categoría, aunque no estuvieron en todas las citas del calendario. El moañés compitió en el grupo N con un Renault Clío Sport RS de 197 caballos, al que las únicas modificaciones que se le realizaron fueron la instalación de las medidas de seguridad y mejoras en suspensión y frenos. "No iba mal, pero podíamos haber estado un poco más arriba", señala. De este modo, Barcia no se perdió ni una sola de las citas del calendario autonómico, inicialmente previsto con 8 pruebas que finalmente fueron seis: Santa María de Oia, A Pontenova (Lugo), Pontevedra, Chantada, Subida a Furriolo y Poio. "Todas son muy similares y la única diferente es la de Chantada, con una zona revirada muy bonita e incluso zonas anchas con tres carriles", explica el piloto morracense.

La de montaña es una modalidad de los rallies con sus propias características. En primer lugar el conductor es el único ocupante del vehículo, ya que no hay copiloto y los tramos son evidentemente de subida, aunque mucho más cortos que los de un rally normal. A lo largo de dos jornadas se hacen seis subidas (una de entrenamiento y dos oficiales cada día). El resultado final sale de hacer la media del mejor tramo de cada uno de los días.

"Son tramos cortos, de cinco o seis kilómetros, que los recorres en dos o tres minutos, por lo que todo es muy intenso", señala sobre una competición que esta temporada llegó a reunir a unos 70 pilotos en la prueba de Chantada y en la que él participa en la categoría con los coches más básicos. "No tienen tantas prestaciones, lo que iguala un poco las fuerzas entre todos", afirma. Aún así, la ventaja con la que se impuso en la categoría N fue considerable, con más de 800 puntos sobre el segundo clasificado. "Yo mantuve la regularidad y otros pilotos lo que hacen es montaña, rallies, etcétera, e incluso hay pilotos que solo van a la subida de la zona donde viven", afirma. De este modo pudo quitarse la espina del tercer puesto conseguido en el año 2010 y del subcampeonato del grupo P que logró la pasada temporada.

Con el coche campeón vendido a otro piloto de la zona, el objetivo ahora de Rodríguez Barcia es el de montar un nuevo vehículo, de nuevo un Clío Sport RS, pero incrementando las prestaciones del anterior. Una tarea que le obligará a emplear horas y horas. "Le dedico casi todo el tiempo libre durante seis o siete meses para salir. Y después, durante la temporada, hay que emplear más tiempo. La suerte es que tengo amigos para que me ayuden", afirma el piloto moañés, que corrió bajo la Escudería Congostra Team de Sanxenxo.

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