Y O Gatañal dictó su ley. El Frigoríficos del Morrazo borró de un plumazo las posibles dudas que podía haber generado su arranque de temporada y logró su primera victoria al imponerse por 22-21 al Anaitasuna. Lo hizo de forma agónica, demostrando que no hay equipo mejor moviéndose al filo de la navaja, y amparado en un público entregado y en un Yeray Lamariano que brilló en los minutos finales, echando el cerrojo a su portería.

La épica parecía el único camino posible en un partido al que el Cangas se presentaba sin los lesionados Eloy y Pombo, mermando considerablemente las rotaciones de Víctor García, "Pillo". Enfrente estaba el cuarto clasificado de la pasada campaña, un Anaitasuna que por plantilla y potencial económico está llamado a opositar al podio de la Asobal. Los locales abandonaron su más habitual 6.0 para plantarse en un 5.1 con Adrián Rosales como avanzado a fin de entorpecer la circulación de balón de la potente primera línea visitante. El recurso funcionó, porque el cuadro gallego volvió a ser el que era, intenso atrás, aguerrido, y blindando la meta de Lamariano. El choque se convirtió en una batalla de trincheras, porque el Anaitasuna apostó por una defensa 3.3 muy presionante, adornada con buenas dosis de dureza que ahogaba a los cangueses.

El duelo caminaba por guarismos pírricos (4-4, minuto 15) con el Cangas desatascando un poco su ataque gracias a un brillante Alberto Casares. Con los cangueses eligiendo mal las zonas de lanzamiento ante la envergadura de Sergey Hernández la igualdad era la tónica reinante, con un conjunto local que solo se puso delante en el marcador en la recta final hacia el descanso (9-8, 10-9).

En la reanudación la dinámica era muy similar hasta que los árbitros -horrorosos- excluyeron a Adrián con 4 minutos por protestar (13-14, minuto 38). Fue el punto de inflexión del partido. El Frigoríficos apretó los dientes en defensa y se encomendó a un Muratovic genial por momentos para saldar la inferioridad con empate a un gol. Era el refuerzo moral que los cangueses necesitaban para retomar el mando en el marcador (17-16, minuto 47 después de un tiempo muerto de Iñaki Pérez).

Los navarros no cedían un ápice (19-19) y Pillo pedía tiempo para reorganizar tropas de cara al ataque final (minuto 50). Muratovic dio ventaja (21-20) y Costoya igualó (20-20) para que Rubén anotase desde los siete metros el 21-20. Y Lamariano, que hasta entonces había aparecido de forma intermitente, se hizo omnipresente deteniendo tres ataques de forma consecutiva hasta que Rubén dio, de nuevo desde el punto de penalti, ventaja de dos goles (22-20, con tiempo de Iñaki Pérez). Ugarte recortó distancias y Adrián se fue a la calle con su tercera exclusión.

Muratovic culminó una excelente acción provocando la exclusión precisamente de Ugarte en un clamoroso penalti que los árbitros convirtieron en golpe franco y luego se inventaron una falta en ataque del montenegrino. Lamariano salvó de nuevo los muebles y en la última opción la barrera frenó el golpe franco de Jorge Silva con el tiempo ya cumplido.