El Oporto se paseó ayer en O Gatañal ante un Frigoríficos del Morrazo que acusó sus numerosos errores en ataque y su menor ritmo de preparación ante un rival que regresa a la competición liguera este fin de semana. La escuadra de Víctor García, "Pillo", se mostró muy espesa en las acciones ofensivas y sucumbió ante el contragolpe y el mayor físico de la escuadra dirigida por Ljubomir Obradovic.

No fue el día de los cangueses, que no pudieron contar con David García y Alen Muratovic, reservados por su técnico al arrastrar alguna molestia. Las estadísticas, siempre reveladoras, lo fueron aún más en esta ocasión. En toda la primera parte los cangueses erraron tres lanzamientos de siete metros (cuatro en el global del partido) y recibieron hasta cinco blocajes. Si a eso se suman los balones perdidos y las nueve paradas de Quintana, el 6-13 con el que se llegó al descanso fue fruto de la lógica.

Así, el 2-1 fue un espejismo y enseguida los portugueses se hicieron con el mando en un choque de alto ritmo y mucha velocidad. Lo hicieron porque el Cangas estuvo timorato en algunas acciones y ahí el Oporto supo ir haciéndose fuerte, con una defensa de muchos centímetros a la que siempre echaba una mano el cubano Quintana bajo palos, que incluso se permitió el lujo de anotar un golazo desde los nueve metros tras recuperar un balón en la acción más espectacular de un encuentro sin chispa.

De este modo, apenas habían transcurrido once minutos de juego cuando el preparador del Cangas ya había solicitado su primer tiempo muerto para tratar de frenar la sangría (2-5). De poco sirvió, porque a los lusos le bastó el trabajo de su duro 6.0 para explotar el contragolpe e incrementar poco a poco las diferencias (3-10, minuto 21). Pillo volvió a frenar el choque con un tiempo (minuto 24, con 4-10) pero la tendencia se mantuvo.

El descanso sentó bien al Frigoríficos, que salió con ánimos renovados, con un buen Edu Salazar en portería, y encontró a Moisés en el extremo. Un parcial de 5-1 pudo el 11-14 en el electrónico y la esperanza de engancharse de nuevo al duelo. Pero ahí el Cangas, que jugaba en superioridad, encajó dos goles en otros tantos despistes y el Oporto volvió a coger la directa para marcar distancias (12-18, 13-22). Con el partido sentenciado, Rubén y Eloy Krook tiraron del carro para mantener el marcador en similares guarismos ante un Oporto que plasmó sobre la pista su evidente superioridad física.