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Soccer con acento cangués

El exalondrista Outeiral disputa los Nacionales de la Liga Universitaria de los Estados Unidos ä Becado para cursar Business, es una de las figuras de su escuadra

El futbolista cangués, durante un encuentro.

Dejó Cangas hace poco más de tres meses para emprender la aventura estadounidense con la intención de mejorar su inglés y también de continuar practicando el deporte que le gusta. Hoy Diego Outeiral disfruta de la fase final de la Liga Universitaria, el colofón a una etapa tan buena en lo personal como en lo futbolístico. "La experiencia está siendo de lo más positiva. Poder estudiar una carrera en Estados Unidos, perfeccionar mi inglés y encima hacer lo que más me gusta, que es jugar al fútbol... Más no se puede pedir". Así se expresa este cangués poco después de haber conseguido el pase a semifinales con su equipo, el Concordia College Alabama, después de haber derrotado por 3-1 al Illinois Tech, con dos goles del propio Outeiral desde el punto de penalti. En la madrugada de hoy se iban a medir al Umaine Fort Kent, cabeza de serie número uno de esta competición, por un puesto en la final.

Outeiral reconoce que estar en los Nacionales era un objetivo para su equipo. "Desde pretemporada el entrenador nos habló de que teníamos potencial para ello. El comienzo fue un tanto dubitativo pero terminamos ganando los últimos ocho partidos de Liga. Estar aquí es un premio y lo disfrutamos al máximo sin ningún tipo de presión", afirma. La cuarta plaza de la división, después de medirse a equipos del mismo estado, además de a otros limítrofes como Florida, Tennesee o Georgia, le dio el pase a los ansiados Nacionales. El preparador del Concordia College Alabama, Emanuel Stephens, ha armado un equipo internacional con futbolistas llegados desde Colombia, Haití, Alemania, Brasil, México o España. Y el exalondrista se ha destapado como goleador. "El técnico me probó de mediapunta, lo hice bien y me da mucha libertad. También el equipo trabaja mucho para que los de arriba lo tengamos más fácil", manifiesta.

Diez goles y nueve asistencias en la Liga regular (en 16 partidos) y dos dianas más en el encuentro de cuartos de final de los Nacionales hablan a las claras de la nueva faceta de Outeiral. Casi tanto como el hecho de haber sido nominado al premio al mejor jugador de la Liga. El futbolista ha recibido el All American Honorable Mention, "el equivalente a como si estuviera en el tercer mejor equipo de la Liga, aunque lo miden todo por estadísticas", señala. Outeiral apunta también que el nivel futbolístico es el esperado. "No es comparable a la Tercera Galega. En la Liga regular solo había uno o dos equipos con nivel, pero ahora en la fase nacional están los ocho mejores equipos del país en nuestra categoría y suben las dificultades", afirma.

El campeonato que se disputa estos días en Charleston (Carolina del Sur) pondrá el punto y final a la temporada futbolística. "Aquí solo duran un semestre dependiendo del deporte que sea. Lo hacen así porque además del deporte sacar buenas notas es vital y si no pierdes muchas horas de estudio. En este semestre ha tocado soccer, fútbol americano o voleibol y en el siguiente le tocará a baloncesto, béisbol o atletismo, entre otros", relata. Así pues, en el próximo únicamente habrá entrenamientos y algún que otro partido amistoso, pero ninguno oficial.

Será el momento de apretar un poco más en su grado de Business (equivalente a Administración de Empresas o a Empresariales), a pesar de que hasta ahora ni mucho menos lo ha descuidado. "El entrenador pide informes nuestros a los profesores, porque si no rendimos en clase no podemos jugar", desvela Outeiral. Su día a día no le deja demasiado tiempo libre más allá del fútbol y los estudios. "Nos levantamos a las 5.10 de la mañana porque entrenamos a las 5.30. A las 8 de la mañana desayunamos y nos vamos a clase hasta las 12", apunta. A mediodía toca comida y después "más clase o biblioteca hasta las 5, que es cuando cenamos". En las horas que no hay clase, apunta el exalondrista, "estamos en la biblioteca, porque nos mandan muchas tareas y tenemos tests cada dos semanas aproximadamente". Y tras la cena sí que toca algo de ocio, "jugando a las cartas, a la playstation o yendo al gimnasio porque a las 9.30 ya estamos en cama".

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