Lejos de su hábitat natural, la carretera, pero con los mismos compañeros de aventuras al lado. Los corredores populares de O Morrazo se reunieron el pasado fin de semana en una cena de confraternización con la que pretendían unir lazos y cohesionar los diferentes grupos de atletas que hay en Cangas, Moaña y Bueu. La cena sirvió también para instaurar el Premio Bule Bule, que en su primera edición fue a parar a manos de uno de los más veteranos del pelotón, Serafín Iglesias, más conocido como Gioli.

La cena reunió a medio centenar de corredores con mayoría del Corredoiras y del Centolo Runners, aunque con representación de otros colectivos como el Vila de Cangas o el Atletismo Morrazo. "La idea es reunirnos al menos una vez al año y distinguir a alguna de las personas de la comarca que está en este mundillo", asegura Javier Rial, uno de los promotores de esta iniciativa abierta a la participación de otros grupos de corredores de la comarca morracense. "Este año faltarán muchos pero esperamos incrementar la cifra en los próximos", comenta.

El primero en ser homenajeado por sus compañeros ha sido Serafín Iglesias, un deportista de 67 años que a lo largo de su vida ha pasado por diferentes modalidades deportivas. Comenzó con la gimnasia de la mano de Jesús Carballo padre y la familia Castroviejo, hizo sus pinitos en el mundo del boxeo y ahora mata el gusanillo con el atletismo. Activo como pocos, en los últimos años ha acudido a maratones prestigiosos como los celebrados en Viena y Praga, además del de la ciudad de A Coruña, y también ha participado en otras carreras como la Vig-Bay o la Media Maratón de Vigo.