Es el héroe en la sombra del Frigoríficos, el encargado de dar forma a un proyecto basado en la cantera gallega y de llevarlo a competir con muchísima dignidad en la Liga Asobal. Víctor García, “Pillo”, ha cerrado con éxito una nueva experiencia en la máxima categoría del balonmano español, pero también analiza los posibles errores cometidos en una campaña histórica.

-Ha sido la temporada soñada por todos.

-Sí, la que hubiéramos firmado en agosto todos y casi habríamos tachado de loco al que nos hablara de esta situación. Aunque nos queda un cierto mal sabor de boca después de la segunda vuelta.

-¿Qué nota le pondría a su equipo por la temporada?

-Un notable alto, porque ni en las mejores expectativas podíamos esperar esto, ha sido increíble.

-Lo que está claro es que esta temporada el equipo ha sido capaz de dar un salto adelante a nivel de madurez.

-Y a nivel competitivo, y a la hora de saber manejarnos en situaciones complicadas. También ha sido un paso adelante para la mayoría de jugadores en cuanto a incrementar su calidad.

-Jugadores como Amarelle, que parece haberse consolidado en la categoría.

-Sí, pero no solo él. Hay más jugadores que han tenido un periodo de formación de dos años y que ya han rendido más de lo que se esperaba. Pero lo difícil no es llegar, sino mantenerse, y el año que viene será un reto en este sentido. Y hay que saber que sin trabajo y esfuerzo los objetivos no se consiguen.

-La incorporación de Alen Muratovic le dio mucho aire a un equipo que tenía un buen referente.

-Sí, le daba al equipo una rotación más de mucha calidad en ataque. Ha hecho mejores a sus compañeros en ataque y ha sido una pieza clave, como los otros 16 que han participado con nosotros.

-Lo cierto es que llegó como una incógnita por su lesión y por haber estado cuatro años alejado del balonmano, pero ha ofrecido más de lo que se esperaba.

-Nadie esperaba al Muratovic de su etapa anterior. Sabíamos el problema que tenía y él también ha madurado a lo largo de la temporada. Empezó bien y la primera vuelta se le hizo muy larga, pero ahora estaba perfectamente integrado en la dinámica del equipo.

-Queda para la historia una primera vuelta de lujo, en la que salía prácticamente todo.

-La primera vuelta fue impecable. El entrenador siempre busca algo más, partidos en los que pudimos haber arrancado algún punto, pero lo cierto es que fue una primera vuelta espectacular en todos los sentidos. Todos estábamos desbordados con el tema. Y de hecho creo que nos desubicó un poco y que provocó el mal inicio de la segunda vuelta, al margen de otras circunstancias.

-Luego llegó la segunda, con un bajón y un castigo excesivamente cruel en el apartado de lesiones.

-La primera vuelta fue increíble, pero trajo secuelas. La primera fue esa desubicación. Se pensaba que acabaríamos la Liga con 32 puntos. Y ganar en la Asobal es dificilísimo. Llegaron las lesiones, más problemas. No jugamos bien en los primeros cinco o seis partidos. El equipo se rehizo y seguimos sin ganar, pero poco a poco remontamos hasta los nueve puntos que es una buena cosecha acorde a nuestra calidad.

-¿Le queda la espinita clavada de haber perdido una oportunidad de oro para hacer historia?

-Sinceramente lo tuvimos a huevo. Con 16 puntos en la primera vuelta.... Siempre quieres más, pero analizando la situación con calma también hubo partidos que pudimos haber perdido. El año ha sido fantástico.

-Y con partidos en los que en pista había siete canteranos.

-Para mí eso es una gran satisfacción. Al llegar a Cangas dije que mi objetivo era dejar al club mejor que como yo me lo había encontrado. Y alguien me dijo que así no llegaría a diciembre. Para mí ahora es un orgullo ver a toda esta gente siendo jugadores de Asobal.

-Sin embargo, la dinámica de la segunda vuelta era peligrosa y a usted le afectó especialmente.

-Sí, reconozco que pasé momentos complicados, pero no por dudas en los jugadores, sino porque pensé que ya estaban muy acomodados a mí y que yo ya no tenía esa motivación para darles. Fueron momentos difíciles. Pero salimos gracias a los jugadores, a su excepcional comportamiento.

-El fichaje de Pablo Iglesias también le dio aire al equipo con una rápida adaptación.

-Lo conocía y sabía lo que podía darnos. Necesitábamos a un jugador maduro. Le costó físicamente al principio pero ahora mismo su aportación era de diez. Fue una pieza importante.