"Estamos tranquilos porque los jugadores le han echado muchas ganas y han trabajado. Y cuando la gente hace eso no se puede pedir más". Así se expresa Marcos Otero, "Quiños", entrenador del Explotaciones Mineras Morrazo, después de haber certificado el descenso a Primera Autonómica. El técnico ha vivido una temporada agridulce en la que los éxitos de los canteranos en el primer equipo han tenido su cara amarga en los malos resultados deportivos del filial.

"Nuestro principal hándicap ha sido el hecho de tener una plantilla corta, que se ha notado sobre todo a la hora de no poder trabajar con un número mínimo de jugadores durante la semana", afirma Quiños, que añade que esta situación se vivió especialmente en los momentos importantes de la campaña. "Al final todo se decidió en los duelos particulares, e ir a Coruña, Bueu y Lalín con 9-10 jugadores se ha notado", afirma. Otra de las cuestiones que ha influido ha sido el deficiente rendimiento en casa del Explotaciones. "El año pasado hicimos una buena primera vuelta en casa y éste no. Tardamos en integrar a Amarelle, la baja de Fabián fue importante, e incluso el hecho de no tener a Rubén para dar refresco a Veloso", reflexiona el preparador del cuadro cangués.

Psicológicamente, Quiños admite que también pudo haber pesado el hecho de que el equipo no estaba preparado para verse en los puestos bajos después de la gran campaña realizada el año anterior. "Sabíamos que teníamos que sufrir, pero tardamos más en darnos cuenta cuánto. Quizá la gente no estaba preparada para cambiar el chip, y quizá algunos jugadores que antes no tenían tanto peso debieron asumir todos los minutos", añade el preparador del conjunto de O Morrazo.

Si la cruz fueron los resultados deportivos del filial, la cara ha estado en la impecable aportación de jóvenes como Pumar, Eloy o Amarelle en la primera plantilla, o incluso de Moisés, jugador de pleno derecho del Frigoríficos desde el comienzo de la temporada. "En el derbi de Vigo había ocho jugadores convocados que habían pasado por el filial conmigo, que irían a diez si contamos con Adri y con Suso como canteranos. Eso es algo que me llena de orgullo, porque ves los frutos del trabajo", asegura el entrenador. La estrecha colaboración del filial con el primer equipo ha sido, sin duda, una de las claves de la buena temporada de los cangueses en la Liga Asobal.