Fe, mentalidad y mucho trabajo. Ésos han sido los tres ingredientes que ha sabido mezclar el Bueu Atlético para lograr una permanencia con la que muy pocos soñaban a principios de temporada. Con un equipo con muchas limitaciones, Irene Vilaboa supo sacarle el máximo provecho para operar el milagro. "La clave estuvo en que nos vimos en el pozo, metidos en el barro hasta el cuello y quisimos salir. Fuimos mentalmente muy fuertes", explica la entrenadora.

La satisfacción del deber cumplido compensa los sufrimientos pasados. "En Lalín estábamos nerviosísimos y hasta la segunda parte no rompimos el partido. Y la temporada fue durísima, aunque ya lo sabíamos", señala, antes de añadir que "sin embargo veía que los jugadores eran cada vez más jugadores. Les faltan aún años de Primera Nacional, una categoría complicada, pero han crecido mucho". De hecho, en el último mes Vilaboa estaba satisfecha con el nivel de juego del equipo, "pero necesitábamos puntos y el calendario nos hizo enfrentarnos a Covadonga, Zamora y Avilesina, donde era casi imposible puntuar. A lo mejor cogiendo a otro tipo de equipos hubiésemos tenido más opciones".

La inestabilidad institucional, con cambio de directiva incluido, y las lesiones tampoco ayudaron en exceso a los buenenses. "Salvo los problemas de Jacobo y Farruco, que eran serios, cualquier esguince que tratado con fisio hubiese supuesto una baja de diez días para nosotros suponía un mes. Y además, en Primera los choques, golpes y velocidad son muy distintos y eso se traduce también en las lesiones que se producen", afirma. La entrenadora recuerda incluso uno de los momentos más complicados, "cuando ante el Covadonga solamente teníamos un primera línea en pista, con los extremos Andrés y Santi jugando de laterales".

Más de un invento le tocó hacer para tratar de exprimir al máximo a los suyos. "Creo que no me quedó nada por probar. No teníamos el perfil de jugador para hacer cosas sensatas, porque no había defensor central para el 6.0 ni lanzamiento exterior. Hubo que arriesgar. Y por arriesgar no fue", manifiesta la técnica.

Con todo, Irene Vilaboa se muestra muy orgullosa por el rendimiento ofrecido por los suyos. "Es muy duro venir de viaje con 20 encima (20 goles de diferencia) y perder otros de siete cuando merecías caer por la mínima", recuerda. Por todo ello subraya que "el equipo me encanta. Falta el perfil de algún jugador pero cualquiera tiraría adelante con esta plantilla. Hay jugadores muy interesantes con tiempo, que han demostrado que pueden estar ahí".