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Fútbol | Tercera División

El Estradense echa el cerrojo

El equipo rojillo es el menos goleado de la Tercera División gallega, con cuatro goles en contra en nueve partidos disputados. En seis de esos partidos, los de Manuti lograron dejar su portería a cero, un buen punto de partida para cualquier equipo en busca de un puesto entre los mejores.

Miguel trata de frenar el disparo de un rival durante un partido. |  Iñaki Abella

Miguel trata de frenar el disparo de un rival durante un partido. | Iñaki Abella

A Estrada

El Estradense no logró pasar del empate (0-0) ante el Racing Villalbés en un partido en el que tuvo ocasiones para llevarse un premio mejor. Este resultado ante un rival directo los mantiene sin embargo en puestos de play-off de ascenso. A nivel de sensaciones, el equipo mostró una dualidad ya conocida, con problemas para transformar su dominio en goles y con una seguridad defensiva que se está convirtiendo en una inesperada arma.

A pesar de su estilo alegre y de toque, los rojillos son el equipo menos goleado de la Tercera División gallega y uno de los menos goleados de todas las terceras de España. En nueve partidos solo han encajado cuatro goles y, lo que es mejor, en seis de esos nueve partidos dejaron su portería a cero. Siguiendo la máxima de que los equipos comienzan a construirse por atrás, los de Manuti tienen sin duda mucho avanzado.

El buen balance defensivo del Estradense se sustenta en dos factores. Por un lado, evidentemente, en el buen trabajo defensivo del equipo. Los rojillos cuentan con una defensa y un centro del campo que lleva tiempo unido, que se conoce bien y con jugadores en un gran nivel de forma como Landeira, Óscar o Brais Vidal. Eso es clave para defender con la adelantada defensa que usa el Estradense en la mayor parte de sus partidos pero también para mejorar en las vigilancias, para cerrar huecos y para no cometer los errores individuales que en ocasiones lastraron al equipo.

Un punto importante en este sentido está en la mejoría del bloque en la defensa del balón parado, un arma importante para muchos rivales en la Tercera gallega. Manuti es conocido por su trabajo meticuloso en este tipo de acciones, tanto en defensa como en ataque. Ese trabajo ya se notó el año pasado, donde no encajaron goles a balón parado hasta la jornada 30, en el campo del UD Ourense. Este año, todavía no recibieron goles así.

Por otro lado, sus buenos números en defensa se sustentan en su ataque. Los rojillos son un equipo que quiere y tiene mucho balón. Cuanto mejor salga esa apuesta, menos tiempo lo tendrá el rival. Además, el equipo ha ido mejorando en la presión tras pérdida, algo que facilita la labor a la cobertura.

Con esa mayor seguridad defensiva, el técnico del Estradense aguarda que su equipo sea capaz de mejorar en una de sus grandes asignaturas pendientes. «A pesar de ser una de las formas más fáciles de jugar al fútbol somos incapaces de echarnos atrás y mandar el balón arriba a disputar. Es una forma de jugar que, en determinados momentos, es muy útil, especialmente para cerrar partidos, pero no somos capaces», lamentó.

Manuti puso como ejemplo de ese tipo de juego al Villalbés, un equipo capaz de aguantar su acoso durante 90 minutos sin hacer cambios y que incluso pudo llevarse la victoria en los minutos finales con tres claras ocasiones a la contra. «Este partido tiene que servirnos para aprender. No podemos volvernos locos así. Es el típico partido que pierdes y se te queda cara de tonto. A pesar del empate, cuando acabamos, nos fuimos todos con malas sensaciones pero lo cierto es que hicimos un buen partido ante un rival que pelea por estar en play-off», argumentó el entrenador estradense.

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